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De Juan cruza personajes y épocas en su tercera novela

"La exageración en la literatura es útil e interesante", resalta José Luis de Juan (Mallorca, 1956), que acaba de publicar su tercera novela, Este latente mundo (Alba), en la que cruza personajes arquetípicos y épocas distantes (la Roma antigua y el ámbito del Harvard contemporáneo), en "una especie de ataque a la tradición". Ejercita De Juan, discreto y perfeccionista, su sintaxis para anteponer historias y encerrar claves en lo secreto.

"No creo en la escritura lineal. Mi novela puede ser posmoderna", indica el narrador, que ama el mundo corrosivo de Lolita y aprecia a Nabokov. "Es infinitamente más provechoso leer a los griegos que a cualquier novelista de hoy agasajado por la crítica", sostiene De Juan, quien desdeña la profesionalización del escritor y clava dardos en nombres propios célebres. "Es triste la carrera de un autor profesional; un lector genuino no halla nada interesante en su obra; estos narradores deben ser como tenistas que han de jugar cada día, promocionarse y acudir a torneos".

El novelista mallorquín ha escrito un libro que penetra en el mundo de las bibliotecas, intriga con tramas criminales y arriesga en la manipulación intelectual. "El escritor es un ser andrógino", recalca el novelista. Cree además que "necesitamos libros que digan por qué una mujer no es siempre mujer y un hombre no es siempre hombre". El libro traza, en fin, un camino que se precipita hacia la ambigüedad.

Mucha sátira

"La obra puede seducir, avergonzar y corroer las entrañas, y no dejará de interrogar al lector", observa el autor, que asume el riesgo de no saber cómo se entenderá su visión de los personajes homosexuales, trazados desde un punto de vista "contracultural y políticamente incorrecto, todo visto con mucha sátira". Este latente mundo no pretende que ningún lector se refleje en ella. "A mí no me interesa cómo es mi vecino, me gusta el personaje arquetípico, con una cierta mitología", subraya. "El mundo romano de la obra es muy moderno -más sincero, más auténtico-, mientras que el actual de Harvard aparece como anticuado y enfermo, donde el placer es el camino para llegar a algo".

De Juan estudió Periodismo y Derecho en Barcelona; en su Mallorca abordó a Robert Graves, Camilo José Cela y Llorenç Villalonga, y comenzó a cortar su pluma bajo la tutela del olvidado Juan Bonet -el periodista, narrador y crítico, padre de la cantante Maria del Mar Bonet-; luego trabajó como gestor y fue a vivir, para saber más, a Estados Unidos e Italia, y en la franja de los 40 años apostó por la literatura. Por las mañanas, es asesor legal del Gobierno balear, y por las tardes y las noches escribe.

Con El apicultor de Bonaparte (Bitzoc, 1996), José Luis de Juan logró el Premio Juan March de novela corta. En Alba, el año pasado publicó su segunda novela La mano que formula el deseo.

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