Primera renuncia a su cargo de un concejal socialista vasco por el acoso de los radicales
El acoso de los radicales empieza a hacer mella no sólo en el PP, sino también en el PSE. José Manuel Ros, hasta ahora edil en Ordizia (Guipúzcoa), se ha convertido en el primer concejal socialista que dimite por esta causa. "Su mujer y sus hijos se sobresaltan por las noches", argumentaron ayer sus compañeros. Mientras tanto, en Bilbao, el pleno municipal tuvo que suspenderse tras un incidente provocado por HB. El portavoz socialista, Dimas Sañudo, quien ha sufrido dos atentados en una semana, espetó antes a uno de sus dos ediles: "Dejadnos en paz a mí y mi familia".
José Manuel Ros ha sufrido dos ataques casi seguidos: el 9 de enero, un artefacto explotó en la puerta de su despacho de abogado; el pasado día 12, otro estalló igualmente a la entrada de su bufete. El único concejal socialista de Ordizia presentó tres días después la renuncia a su cargo y ayer la formalizó. Su puesto será ocupado por José Manuel Rebollo, el segundo en la lista del PSE en las pasadas elecciones municipales."Su familia lo está pasando muy mal. Su mujer y sus hijos se sobresaltan por las noches", explicó el secretario institucional del PSE guipuzcoano, Iñaki Pierrugues, quien reconoció, según Efe, que concejales de esa provincia están renunciando a presentarse en los próximos comicios.
Ordizia, un municipio de 20.000 habitantes gobernado por el tripartito PNV-PSE-EA, carece de hecho desde hace dos años de su único edil popular, quien, aunque no ha renunciado, apenas tiene relación con el consistorio.
El alcalde, el peneuvista Juan Vicente Erauskin, recalcó en el pleno de ayer que Ros ha empleado la palabra para defender sus ideas en sus cuatro años como edil, pero "en este pueblo hay gente que no acepta la palabra". El propio Ros, que no asistió al pleno, no quiso hacer ninguna declaración sobre su renuncia y se limitó a agradecer las numerosas muestras de apoyo que ha recibido tras los dos atentados sufridos.
Una foto de Geresta
Por otra parte, en Bilbao, el pleno municipal tuvo que ser suspendido tras un incidente protagonizado por uno de los dos concejales de HB, el cual colocó en el escaño de la portavoz del PP un cartel con una foto de José Luis Geresta, el presunto etarra que supuestamente se suicidó de un tiro en la sien, y la frase amenazadora: "PP: no vais a parar a Euskal Herria".Esa acción motivó la salida del salón del portavoz socialista y candidato a la alcaldía, Dimas Sañudo, y sus compañeros de grupo, lo que llevó a la suspensión temporal del pleno y, media hora después, al aplazamiento definitivo.
La reunión estuvo precedida de tensión tras el último ataque, en la noche del martes, contra la vivienda de Sañudo. Una semana antes otro artefacto había explotado en la puerta de la de sus padres.
Por ello la Junta de Portavoces elaboró una declaración institucional de condena que sólo fue aprobada en su totalidad por el PNV, IU, Iniciativa Ciudadana Vasca y el Grupo Mixto. El PP y el PSE respaldaron los cuatro puntos que expresaban la solidaridad con Sañudo y la condena de los actos de violencia y rechazaron el último, que llamaba a trabajar por encontrar una solución "política democrática" que "proporcione una paz duradera". Los dos ediles de HB sólo apoyaron este punto.
El primer momento de crispación se produjo con la entrada de los corporativos al salón. Sañudo, quien se sienta justamente al lado de los dos ediles de HB, se dirigió a uno de ellos, Ibon Arbulu, y le espetó: "Dejadnos en paz a mí y a mi familia". Arbulu, con gesto sorprendido, no le respondió.
Sañudo había pedido, ante los periodistas, que los partidos nacionalistas no se "desentiendan" de los ataques porque ello propicia más violencia callejera. El concejal socialista se mostró muy crítico con la actitud de la Ertzaintza, "que no se involucra, y eso obedece estrictamente a criterios políticos". Dijo también que había recibido ayer la primera llamada del lehendakari, Juan José Ibarretxe, "ocho días después" del ataque sufrido por sus padres, para mostrarle su apoyo. "Entiendo", matizó Sañudo, "que humano, no político", al no desmarcarse el PNV de quienes no condenan la violencia.
Lo cierto es que Sañudo recibió ayer multitud de testimonios de respaldo. Cerca de un centenar de personas, la mayoría cargos públicos socialistas y también populares, realizaron una concentración silenciosa en su apoyo. Una edil del PNV estuvo presente en ella, pero no el alcalde, Josu Ortuondo.
El portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, le mostró igualmente su solidaridad y pidió "calma y serenidad" ante la actual situación. En la misma línea se pronunció el presidente del PNV vizcaíno, Javier Atutxa, quien exigió "a quienes tienen autoridad, cercanía y proximidad a los autores de estas salvajadas que detengan e impidan este tipo de acciones".
Por otro lado, la Universidad del País Vasco mostró ayer sus preocupación por las "coacciones" que desde diciembre sufre el decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Manuel Montero. Han aparecido pancartas que le tachan de "carcelero" y grupos de jóvenes se han concentrado varias veces en su contra.
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