_
_
_
_
_
Entrevista:

RAFAEL SAGARDUY DIRECTOR DE MEDIO AMBIENTE DE IDOM "Hay que recuperar las ruinas industriales para las nuevas empresas"

Rafael Sagarduy (Barakaldo, 1959), ingeniero industrial y director del área de Medio Ambiente de la consultora Idom, ha participado en la recuperación de los antiguos terrenos de Altos Hornos de Vizcaya y dice ser defensor de recuperar las ruinas industriales para que sigan teniendo un uso inmobiliario. En el País Vasco hay 459 ruinas industriales, según el Inventario del Departamento de Medio Ambiente, que ha invertido 1.513 millones de pesetas en demoler 78 solares de empresas desaparecidas. Pregunta. ¿Cuál es la tesis que presentó recientemente a los expertos de medio ambiente reunidos en Bilbao? Respuesta. Con el declive industrial, han ido apareciendo ruinas industriales por todo el territorio, con edificios abandonados, residuos peligrosos y construcciones con materiales que a la larga se han vuelto perjudiciales para el medio ambiente. Más del 30% de los suelos contaminados de España están en el País Vasco. Hay que evitar seguir contaminando y actuar sobre estas ruinas. Teniendo en cuenta la escasez de suelo en el País Vasco, habría que recuperar todas las ruinas industriales para reincorporarlas al circuito inmobiliario para otras empresas. P. ¿Cómo se pueden recuperar estos terrenos? R. Hay que incorporar una buena gestión ambiental a la demolición de las ruinas industriales. Hay que hacer un proyecto de identificación de todos los residuos para poder actuar, describir todos los elementos para delimitar la superficie, elegir cuidadosamente la técnica de construcción, estudiar la posibilidad de reciclar y reutilizar algunos materiales y residuos... Dada la potencial afección ambiental de estos terrenos, hay que acometer el trabajo de una forma sistemática y organizada para evitar transferir contaminación de un medio a otro. P. ¿Se aplica este sistema de recuperación de terrenos? R. Todavía no es una práctica muy habitual. El Gobierno vasco ha elaborado un catálogo de ruinas industriales y también un inventario de suelos potencialmente contaminados que contribuye a controlar mejor las actuaciones sobre estos terrenos. P. Su empresa ha dirigido la demolición de las antiguas instalaciones de Altos Hornos de Vizcaya, ¿qué fase del proyecto ha presentado mayor dificultad? R. La fase inicial, cuando se definió el proceso de recuperación. Normalmente, las empresas de demolición trabajan a destajo y fue difícil concienciarles de la importancia de derribar teniendo en cuenta todos los parámetros medioambientales. La vega de Ansio es ahora una pradera que tendrá una zona industrial, otra residencial y otra comercial. Y en enero empezamos el desmontaje y demolición de los terrenos de Altos Hornos en Sestao. P. El lindane es uno de los principales escándalos medio ambientales del País Vasco. R. Yo creo que el lindane ha sido consecuencia de actuaciones incontroladas por parte de los antiguos propietarios de estas empresas. De las dos plantas de fabricación de pesticidas salían por la noche camiones cargados de lindane. Su política era la de la avestruz, agachaban la cabeza y trasladaban el problema medioambiental a otros. En aquella época no había conocimiento ni tantos controles como ahora. A mí me han contado que iban los camiones adonde los campesinos y les ofrecían rellenarles fosas de sus terrenos con el pesticida; y por desconocimiento, algunos les dejaban. Te encuentras así con que el lindane se ha esparcido y se ha mezclado con tierra, lo que dificulta su recuperación. P. ¿Qué investigaciones se están realizando sobre recuperación de terrenos? R. Idom está trabajando junto a otras empresas y centros tecnológicos en un proyecto para identificar técnicas de bajo coste, que tiene un presupuesto de unos 130 millones de pesetas. Se está estudiando crear barreras electrocinéticas para los suelos contaminados con elementos metálicos. Son unas pantallas que, mediante un proceso de electrolisis, polarizan los iones de los residuos y los confinan. También se están investigando barreras biológicas con bacterias que destruyen los residuos orgánicos. P. Las empresas vascas de medio ambiente facturaron 200.000 millones de pesetas el año pasado. ¿Qué le dice esta cifra? R. Que habría que gastar más del doble de esta cantidad, porque el pasivo industrial de este país es muy importante.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_