Absurdo
El pasado 21 de enero apareció en EL PAÍS una carta firmada por mí en la que relato cómo la policía detuvo en La Habana a dos amigos cubanos que nos acompañaban. En carta aparecida el 3 de febrero, Juan Antonio Monroy muestra su incredulidad ante lo que narro en mi carta, calificándolo como "el mayor absurdo que he leído últimamente", y argumenta que le parece imposible que esto haya podido suceder, a no ser que nuestros amigos cubanos "tuvieran antecedentes con la policía". Lo único que puedo afirmar en respuesta al señor Monroy es que la detención de nuestros amigos tuvo lugar exactamente como describí en mi carta, como corroboran otros cuatro firmantes que me acompañaban en aquel momento. Además, nuestros dos amigos cubanos (un médico y un fisioterapeuta) no tienen ningún tipo de antecedentes policiales; fueron detenidos, simplemente, por carecer del permiso necesario para acompañar a ciudadanos extranjerosAfortunado el señor Monroy, que sólo se tropieza con el absurdo cuando lee el periódico. Desgraciados los habitantes de Cuba, que han de convivir con él cada día.-