El reto y la calidad
El encargo de la Hispanic Society a Sorolla supuso una incomodidad para el pintor porque no encajaba bien en su habitual forma de trabajar y como consecuencia de ello se produjo una baja en la calidad de sus cuadros. Tomás Llorens recordó ayer, ante la pregunta de un periodista, esta visión del estudioso Florencio de Santa-Ana (autor de uno de los escritos del extenso y cuidado catálogo) sobre la cuadros por encargo del artista valenciano y que originó una interesante polémica a propósito de la exhibición de la muestra en Madrid. Llorens dijo discrepar en que esa incomodidad conllevara una disminución de la calidad. Sorolla estaba en la cumbre de su éxito y era percibido en España y en el extranjero como el pintor español más representativo del momento. El encargo supuso para él "un reto", apuntó Llorens. Y para superarlo, Sorolla varió su estilo e introdujo elementos experimentales, "valores más constructivos" que Llorens considera "síntomas de calidad muy interesantes". La muestra coincide en el Museo de Bellas Artes con la dedicada a su coetáneo Cecilio Pla, pintor valenciano influido por Sorolla.
