Un bosque para regular el tráfico
Las calles de Valencia reúnen proporcionalmente la mayor concentración de semáforos del país. Un total de 6.755 postes, de los que penden las señales luminosas con los clásicos colores rojo, verde y ámbar, jalonan los cruces y plazas de la ciudad. Un auténtico bosque de semáforos cuya función es regular el tráfico de forma que vehículos y peatones puedan convivir en paz. Con 887 cruces regulados mediante semáforos, Valencia dobla en este sentido a la mayor parte de las ciudades españolas: hay un cruce semafórico por cada millar de habitantes, mientras que en urbes como Madrid o Barcelona no hay más que uno cada 2.000 o más ciudadanos. El resultado es, según el concejal delegado de Transportes, Jorge Bellver, que en Valencia los peatones están más protegidos frente a la agresión que para muchos ciudadanos no motorizados suponen los vehículos de tracción mecánica. El edil del PP rechaza la acusación de la oposición de que su gestión favorezca el tráfico privado frente al transporte público. La sala de control de tráfico que funciona en la sede municipal de la avenida de Aragón, altamente automatizada, gestiona todo el sistema. Desde allí se regula el tráfico para impedir, en la medida de lo posible, los atascos y para conseguir que vehículos privados, taxis, autobuses de transporte público, furgonetas de reparto, ciclistas y peatones puedan convivir de la forma más racional. Además de los citados 6.755 postes y 887 cruces regulados mediante semáforos, la sala de tráfico controla 2.000 detectores que registran el paso de los vehículos por las principales vías de la ciudad, 520 cámaras de televisión, 34 paneles informativos alfanuméricos y 28 paneles que ofrecen información de itinerarios alternativos. Y todo ello en tiempo real, para controlar los 90 kilómetros de la red viaria principal de la ciudad, con 2.800 pasos para peatones regulados por semáforos. El máximo responsable de la circulación en las calles de Valencia se muestra satisfecho de cómo funciona el sistema de regulación y se declara orgulloso del rendimiento que arroja la sala de control de tráfico. "Parece que queda feo que yo diga que en Valencia se circula mejor que en otras ciudades, pero objetivamente es así", dice Jorge Bellver. "El tráfico funciona razonablemente bien en Valencia", añade, y para avalar tal afirmación alude a estudios comparativos efectuados por organizaciones ciudadanas que así lo indican. Frente a la crítica que puedan ejercer unos y otros por el elevado número de semáforos colocados en la ciudad, Bellver hace una lectura positiva: "Eso demuestra que en Valencia se protege más a los peatones", afirma el edil popular, quien añade que la existencia de tantas señales luminosas es posible gracias a una sala de control -que califica de "pionera" y como una de las mejor dotadas del país- cuyo equipamiento tecnológico y humano "permite gestionar en tiempo real el enorme volumen de información" que le llega desde todos los puntos de la ciudad. "Podemos actuar en tiempo real sobre los cruces semafóricos" recalca Bellver, quien agrega que en otras ciudades españolas no existen tantos pasos de peatones: en las principales arterias de Valencia, como en las grandes vías, hay un paso cada 150 metros, a veces menos, asegura el edil, mientras que en el paseo de la Castellana de Madrid o en la Diagonal de Barcelona, la distancia habitual no es menor de 500 metros. Bellver asegura que su gestión beneficia a los ciudadanos que se desplazan a pie. "El tiempo de verde para los peatones es más largo que antes en la mayoría de los cruces". Y es que, como dice el edil, Valencia, por sus dimensiones y su orografía, es un tipo de ciudad en la que "andar todavía es un medio de transporte". También lo es la bicicleta, medio ideal en una ciudad llana y que goza de un clima suave. También en este aspecto destaca Valencia, con unos 30 kilómetros de carriles bici en funcionamiento en la actualidad. Había 12 cuando los populares acedieron al gobierno municipal en 1991 y, con todo lo previsto en los nuevos viarios, en pocos años se alcanzarán los 115 kilómetros. "Porcentualmente, Valencia es la ciudad en la que hay más kilómetros de carril bici", asevera Bellver. Las zonas universitarias son las que registran mayor volumen de tráfico de bicicletas. Pero la bici "no está socialmente aceptada como un medio de transporte en esta ciudad", sostiene Bellver, quien asegura que el Ayuntamiento está haciendo esfuerzos para crear nuevos itinerarios y para conectar entre sí los existentes.
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