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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Pinochet

Tengo 50 años. Poseo la ciudadanía española, pero mi lugar de nacimiento es Argentina. Recibí una educación teórica en los principios democráticos (en realidad, mis primeros 20 años de vida transcurrieron bajo gobiernos militares), completada con una estricta moral judeo-cristiana de bondad, verdad y honestidad.Toda esta carga espiritual intenté llevarla a la práctica una vez alcanzada mi independencia familiar. La presión social existente fue de tal magnitud que me impidió desarrollarla. Ante la disyuntiva de integrarme en una sociedad injusta, opté por el camino que me obligaron a elegir: el de intentar cambiarla.

Existían en aquellos años setenta dos opciones claras para alcanzar el cambio: la vía violenta o la vía pacífica. Yo elegí la primera. Perdí. Sin embargo, otro pueblo -el chileno- eligió la segunda, y también perdió.

Hoy, 25 años después de aquellos hechos, se presenta una oportunidad histórica para ofrecer un poco de esperanza a las nuevas generaciones que, con su accionar pacífico, creen posible alcanzar una sociedad más justa, libre e independiente.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
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Si hoy Pinochet no es juzgado por sus crímenes de terrorismo de Estado en España u otro país con garantía de justicia -Chile no-, esa esperanza está perdida. Son muchas las voces que piden justicia.

Algunas voces interesadas y atemorizadas piden rebajas, hablan de "sensibilidades", de malestar militar, de peligro en la convivencia, de intereses económicos. Justifican la injusticia, practican el terrorismo político e ideológico, transmitiendo un miedo a la pérdida del Estado de bienestar en Chile. El temor de los hipócritas es la peluca de su calvicie moral. Quieren un Chile o una Argentina o una España con mucha impunidad. La derecha latinoamericana debe aprender a respetar la democracia. No es una prenda de usar y tirar según sus conveniencias ¿O sí?-

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