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La UE exige a la Asociación Española Contra el Cáncer que aclare "lagunas financieras"

Bruselas condiciona la concesión de 1.200 millones al resultado de las auditorías de la Comisión

La Comisión Europea ha decidido suspender temporalmente la concesión de 10 millones de ecus (1.670 millones de pesetas) adjudicados a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) tras haber observado irregularidades financieras durante los años 1996 y 1997. Fuentes comunitarias manifestaron ayer a EL PAÍS que "la Comisión detectó ciertas lagunas en la gestión financiera de uno de los proyectos, ante lo cual se ha decidido pedir a los actuales responsables de la AECC que adopten las medidas necesarias para que las ayudas puedan continuar". Las citadas fuentes añadieron: "Cuando concluyan los trabajos de evaluación y auditorías que la Comisión Europea (CE) está llevando a cabo, se adoptarán las medidas al respecto".Los desajustes económicos a que se refiere la Comisión Europea corresponden a un primer pago de 700 millones de pesetas de los 2.100 destinados por la CE en 1996 para desarrollar programas de atención a este tipo de enfermos en Latinoamérica. La gestión de dichos fondos se encomendó a la AECC en parte por los "estrechos lazos de identidad" entre España y Latinoamérica, según las citadas fuentes comunitarias, y debido también a que el proyecto fue obra de la entonces presidenta de la asociación, María Fernanda Méndez-Núñez y Gómez-Acebo, condesa de Elda, fallecida el pasado septiembre a causa de un tumor cerebral.

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Una mujer singular

Las presuntas irregularidades económicas fueron descubiertas durante los últimos meses de vida de la condesa de Elda, en la que padeció afasia (incapacidad de pronunciar palabras más allá de monosílabos) y hemiplejia, consecuencia de lo avanzado de su enfermedad. En estos meses, Méndez-Núñez sufrió también cuatro crisis hospitalarias en las que bordeó la muerte. Durante todo este tiempo asumió plenos poderes en la AECC el director general, Ricardo Alba, maestro y hombre de confianza de la condesa desde que compartieran militancia en Fuerza Nueva, el partido fascista que presidió Blas Piñar durante los primeros años de la transición.

Plenos poderes

La condesa de Elda, la primera mujer que presidió la AECC, en 1988, nombró a Ricardo Alba dos años después coordinador del voluntariado. Cuando cambió a su equipo directivo, le otorgó plenos poderes como director general. Recientemente, un destacado socio de la AECC, Hernán Cortés-Funes, ex presidente de la Federación de Asociaciones Europeas de Oncología y responsable de oncología del hospital Doce de Octubre de Madrid, presentó una demanda civil contra la junta directiva. En ella, Cortés-Funes adjunta documentación en la que atribuye a Alba supuestas irregularidades, entre ellas usurpación de funciones y elección de una presidenta incapacitada física y mentalmente para desempeñar el cargo. Cortés-Funes remitió una carta a los 52 presidentes provinciales el pasado 13 de noviembre en la que les hacía partícipes de su opinión sobre la gestión de Alba. El escrito decía: "Intencionadamente enmascaró la gravedad de la enfermedad e incapacidad de María Fernanda, mediante engaños, falsificaciones de firmas y tergiversaciones permanentes a todas las juntas provinciales, a las que transmitía que la presidenta se recuperaría en poco tiempo". Cortés-Funes cita a una decena de presidentes provinciales que así lo atestiguan. También destaca "la apertura de una cuenta corriente con cientos de millones adjudicados a la AECC fuera del control de la tesorería y sin conocimiento de los miembros del comité permanente ni del consejo ejecutivo", por lo que "dispusieron alegremente de esos fondos sin ningún control". El que fuera secretario general de la asociación durante casi todo el mandato de la condesa de Elda, José Luis Gómez-Degano, conde de Coria, remitió el pasado 28 de mayo -poco después de ser apartado de la dirección y tras tener conocimiento de las irregularidades denunciadas por Cortés-Funes- una carta al ministro de Sanidad, José Manuel Romay Beccaría, en la que le confiesa: "Para mí, semejante cese ha supuesto la liberación de un peso que sinceramente empezaba a agobiarme. Pues el grave estado de la presidenta, de hecho imposibilitada para el desempeño de sus funciones, y de las actuaciones del director general, Ricardo Alba, a mi modo de ver poco acordes con el debido rigor en la llevanza de las cosas, me colocaban en una posición dificultosa, preocupante y muy delicada".

Enviados de la UE

Paralelamente, Cortés-Funes tuvo acceso a un informe elaborado por los médicos Nadine Gasman, Roberto Capote y Gabriel Farrante, enviados por la Comisión Europea para supervisar la aplicación técnica del proyecto de ayuda a los enfermos de cáncer en Latinoamérica. De sus conclusiones dio cuenta en una asamblea de la AECC: "Reuniones no programadas en hoteles de lujo; material excesivamente caro impreso en Madrid con lenguaje no útil para esos países y sobre todo desproporción de gastos, ya que el 75% de la inversión se había quedado en España". Tras conocer este informe, el vicepresidente Manuel Falcó, duque de Fernán Núñez; el vicesecretario, Miguel Allué; el tesorero, Mateo Ruiz Oriol, y el secretario, el ya mencionado conde de Coria, firmaron un acta en Madrid (el 10 de diciembre de 1997) en la que aseguran que la gestión económica de los fondos de la UE escapa por completo a su control, y solicitan que se administre este dinero "con rigor y transparencia". Son tales sus recelos que "declinan su responsabilidad" en dicho escrito ante lo que pudiera pasar.Mientras tanto, miembros de la AECC efectúan investigaciones por su cuenta -a cuyos documentos ha tenido acceso EL PAÍS-, en las que constatan frecuentes viajes de Alba en primera clase a Latinoamérica; destinos a lugares como Cancún -donde nunca se celebró actividad relacionada con la AECC- y facturas de una cena en Guatemala por valor de 900.000 pesetas. Se da la circunstancia de que la AECC destinó de los fondos de la UE a este país un millón y medio de pesetas para atender a pacientes con cáncer de útero, en tanto que los gastos ocasionados para la donación, entre pasajes, cenas y alojamiento, sobrepasaban con creces dicha cantidad.

Ricardo Alba manifestó ayer que todo lo referido es un cúmulo de falsedades, que si estuvo en Cancún fue por una escala técnica, que no existió la cena de Guatemala y que si viajó en primera clase lo hizo obligado por las circunstancias. "Mis cuentas son transparentes, exactas y avaladas por la UE".

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