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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Un cuento euro-americano sobre Sadam

Datos extraídos del anuario de 1998 de la Enciclopedia Británica (Chicago, EEUU): al ritmo de consumo actual de petróleo en el mundo, de más de 23.000 millones de barriles por año, quedan reservas probadas en el planeta para unos 48 años.Los Estados Unidos y Europa occidental producen y consumen cantidades muy similares: producen un 10% y consumen algo más del 20% del total mundial de petróleo cada uno de ellos.

Las reservas dentro de sus territorios nacionales apenas durarían para un lustro, si todo lo que consumen actualmente tuviese que ser petróleo propio. Japón consume un 7% del petróleo mundial, pero apenas tiene producción y sus reservas son prácticamente nulas.

Por el contrario, los países del Golfo producen cerca del 30% del petróleo mundial y apenas consumen el 6%, pero disponen del 60% de las escasas reservas mundiales de petróleo. Libia y Argelia no suman mucha producción (3% mundial), debido a bloqueos y guerras, pero su consumo es insignificante y, sin embargo, aportan otro 4% a las exiguas reservas mundiales de petróleo.

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A lo mejor así se entiende mejor por qué los países que suman el 11% de la población, pero que consumen el 50% de la producción mundial de petróleo y tienen sólo reservas propias para cuatro años a su nivel de consumo actual, estén empezando a generalizar la imagen de que los árabes (que casualmente tienen el 65% de las reservas de petróleo bajo su suelo), son terroristas, integristas, fundamentalistas, radicales y fanáticos. Si Sadam muriese, los "aliados" tendrían que inventarse inmediatamente otro enemigo para seguir asegurando y justificando su injustificable presencia militar en todos los países del Golfo, en los que han ido entrando poco a poco y de rondón.

A eso llaman cínicamente los militares norteamericanos "la defensa de nuestros valores" y "nuestros intereses nacionales", a que los surtidores norteamericanos puedan seguir vendiendo a 25 pesetas el litro de gasolina ajena, para que no se les venga abajo el chiringuito hiperconsumista. Por eso Osama Bin Laden pasó de ser héroe de la guerra de Afganistán a terrorista mundial: no por los métodos, que son los mismos, sino por la diferencia que hay entre querer echar a los rusos de Afganistán e intentar echar a los norteamericanos de Arabia Saudí, ergo golfo Pérsico. ¡Hasta ahí podía llegar!- . .

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