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Cuatro años de improvisación

La obra "Imprebís" construye cada noche, desde 1994, su argumento con las ocurrencias de los espectadores

Hace ya cuatro años que dos actores, un director de escena, un músico y un técnico de luces se someten cada noche a los caprichos del público. Caprichos que pueden obligar a que este equipo se vea obligado a improvisar una obra que gire en torno al "desarrollo físico y psicosomático de la perdiz de campo". La improvisación es precisamente la gran protagonista de Imprebís, un rarísimo caso de espectáculo teatral, ya que se acaba de estrenar por tercer año consecutivo en un teatro madrileño.Los responsables de esta obra son los actores Carles Castillo y Carles Montoliú, dirigidos por Santiago Sánchez. Imprebís es una obra sin texto previo. Es el público el que decide qué se verá en el escenario. El respetable expresa sus deseos en unos cartones que los actores sacan al azar. Hay unos pocos minutos de deliberación y comienza la representación.

Santiago Sánchez conserva todos estos cartones desde que se estrenó esta obra, hace cuatro años. Guarda más de 4.000 de estas órdenes del público. Entre las sugerencias de los asistentes se ha encontrado con frases como ésta: "Mayábaye yo en el moroyo bar". En cualquier caso, al grupo teatral no le queda más remedio que improvisar una actuación.

Sánchez ha constatado que los deseos del público se pueden dividir en tres grandes cuestiones: la actualidad, asuntos personales y provocaciones. En el primer grupo, Aznar ha sido el protagonista absoluto, seguido de Clinton y su famosa becaria. Últimamente también aparece Pinochet en ideas como "el cautiverio del tirano". "En ese caso jugamos con polvo que lo cubría todo: por si sale indemne de este asunto", explica Sánchez.

En cuanto a las cuestiones personales, al público se le ocurren ideas como "yo no te quiero, te adoro, que es más redondo", o "fidelidad y felicidad se llevan a matar", que se representó como si fuera una ópera.

En cuanto a la provocación, ésta puede consistir en lindezas del tipo "hace una hora se murió el Papa". Hay también espectadores que deciden inventarse una palabra. Como "estroilán", que el equipo de Imprebís convirtió en una nueva técnica de pintura al temple. Otra sugerencia fue "el hombre invisible". Y los dos actores se fueron del escenario.

Imprebís, en el teatro Alfil (Pez, 10; metro Noviciado). Horarios, en cartelera. 1.500 y 2.000 pesetas.

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