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Crece la aportación privada a las universidades en la OCDE

Los españoles, entre los que menos dinero pagan, según un estudio

El último estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre el Análisis de la política educativa, 1998, refleja que la aportación económica de origen privado a la enseñanza universitaria (de las familias y otras fuentes, como las empresas o las universidades de carácter privado) está aumentando en varios de los países miembros desde comienzos de los años noventa. España, con cerca del 18% de desembolso por parte de las familias y un 4% de otras fuentes, es uno de los países donde el pago privado está en un nivel más bajo.

El gasto privado en la enseñanza universitaria española representa un 0,3% del producto interior bruto (PIB), mientras que la media de la OCDE asciende al 0,6%, según datos de 1994 de la Subdirección de Estadística y Planificación. La media del gasto universitario (público y privado) en España alcanza hoy el 1,1% del PIB, y la de la OCDE, el 1,6%. En cuanto a la aportación pública, España se sitúa en el 0,9% del PIB y la media de la OCDE alcanza el 1,2% del PIB. La tendencia al crecimiento de la aportación privada se ha traducido en países como EE UU, Japón, Francia y Portugal en una franja que va del 5% al 30% desde comienzos de los noventa. Los datos de la OCDE, de 1995, todavía no recogen la repercusión en cifras de la obligatoriedad del nuevo pago de tasas en el Reino Unido, Italia y Holanda.

Tasas de matrícula

Si los españoles pagan por tasas de matrícula un máximo de 100.000 pesetas anuales, los estadounidenses desembolsan 434.980 pesetas; los ingleses, 237.000 pesetas, y los italianos, 106.000 pesetas. Las tasas de matriculación en España han ido cayendo desde 1985 en función del aumento del gasto público y en los últimos años han crecido al ritmo del índice de precios al consumo (IPC), lo que, según los expertos, no representa un incremento en pesetas reales. Según Georges Lemaître, especialista de la OCDE en París, el incremento de la inyección privada no significa un descenso de la inversión pública, entre otras razones, por el crecimiento del alumnado. En España, la aportación privada, muy por debajo de la media de la OCDE, procede de las tasas de matrícula, de la inscripción en universidades privadas y de los contratos de investigación de las universidades con las empresas.

El estudio para 1998 refleja asimismo una comparación de los porcentajes de desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años y los españoles; con un 45% de jóvenes que buscan su primer empleo o que llevan 12 o más meses sin trabajo, ocupan un lugar aceptable en comparación con Italia, Finlandia o Grecia. "España, Francia y los Países Bajos tienen unos sistemas de contratación de duración definida que ayudan a encontrar un primer trabajo, aunque muchos de esos jóvenes pasan después al desempleo", comenta Georges Lemaître. Según el informe, España, junto con Francia y Bélgica, es uno de los países a la cabeza en cuanto a niños de cuatro años escolarizados, con el 100%, pero, al mismo tiempo, es, con el 40%, el tercer país, después de Turquía y Portugal, que tiene más jóvenes entre 20 y 24 años que no han alcanzado el título de secundaria.

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