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La Residencia de Estudiantes publica las poesías completas de Moreno Villa El autor malagueño fue un "hermano mayor" de la Generación del 27

El malagueño José Moreno Villa es un escritor extraño en el panorama de la literatura española. En su amplia obra destacan dos libros que han pasado a la leyenda por su calidad y porque son imprescindibles para conocer la literatura española del siglo XX: Jacinta la pelirroja y Vida en claro. El primero es un libro de poemas; el segundo son sus memorias, una obra fundamental para conocer la vida cultural española en el primer tercio de siglo. La Residencia de Estudiantes y el Colegio de México acaban de publicar sus poesías completas.

El libro llena un vacío tremendo, ya que hasta ahora sólo se habían publicado dos antologías de la obra del poeta malagueño. Para cualquier conocedor de la literatura española, Moreno Villa es un poeta que aparece con frecuencia junto a escritores de la Generación del 27. El autor de Jacinta la pelirroja les llevaba algunos años y oficiaba un poco como hermano mayor. Moreno Villa fue muchas cosas: poeta, pintor, estudiante de Química en la Universidad de Friburgo, licenciado en Historia en la Universidad de Madrid, editor de los clásicos, crítico e historiador de arte, bibliotecario, traductor y director de una revista de arquitectura... No fue, sin embargo, un diletante que no lograra cuajar en ninguna de sus actividades. Sus libros así lo atestiguan. Moreno Villa estuvo en primera fila con los protagonistas intelectuales del siglo XX. Sus vínculos y relaciones fueron de lo más variado. Las fotografías de la época recuerdan cómo el autor malagueño se codeó con José Ortega y Gasset, Eugenio d"Ors, Luis Buñuel y Salvador Dalí. Su existencia está llena de todas las cosas que le pueden pasar a un hombre. Vivió amores desdichados, con unas penalidades que, en algún caso, fueron extremas, hasta conocer, ya mayor, a la que fue su esposa. La guerra civil le hizo apurar el cáliz hasta las heces. Moreno Villa vio su vida truncada por aquella carnicería y tuvo que exiliarse en México. Una vida tan azacaneada y tan sufrida le llevó a creer en un cierto influjo de los hados. Y es que, en su caso, el número 7 y la letra M jugaron un papel decisivo en su vida. Moreno Villa nació en Málaga en 1887. Se trasladó a Madrid, donde en 1917 entró a formar parte del proyecto pedagógico de la mítica Residencia de Estudiantes, probablemente la institución que más contribuyó a airear y quitarle las pulgas a la machacada y sucia piel de toro. En 1927 conoció a Florence, la novia norteamericana que le inspiró Jacinta la pelirroja, lo que supuso un cambio radical en su vida y en su obra. Finalmente, llegó a México en 1937, donde vivió exiliado hasta la muerte. Pero, además de un hombre que pasó por las circunstancias más extremas y que apadrinó a muchos jóvenes que luego descollarían, Moreno Villa fue un gran poeta. El Premio Nobel mexicano Octavio Paz elogió su poesía. Paz solía citar con entusiasmo dos versos del escritor malagueño: "He descubierto en la simetría / la raíz de mucha iniquidad". El editor de su obra poética completa, Juan Pérez de Ayala, tiene noticia de Moreno Villa desde su infancia. Sobrino nieto del profesor Alberto Jiménez Fraud y nieto del escritor asturiano del mismo apellido, Juan Pérez de Ayala pertenece a uno de los troncos familiares de más clara savia liberal. "Moreno Villa era para mi madre y mis tías como un tío. Yo leí de pequeño un libro para niños suyo con acertijos, nanas y canciones de la infancia. Se llama Lo que sabía mi loro [publicado en 1945]. Moreno Villa lo escribió en México para su hijo. Es un libro muy sentimental", explica Pérez de Ayala. "Moreno Villa es una especie de hermano mayor de los poetas de la Generación del 27 que estaban en la Residencia de Estudiantes. Es también un poeta fundamental. Empieza rompiendo cánones y abriendo nuevas vías. Luis Cernuda lo defiende a capa y espada en sus estudios sobre poesía. Octavio Paz también es un gran defensor suyo", explica Pérez de Ayala, un investigador y licenciado en Ciencias Políticas que ha empleado gran parte de su tiempo buceando en la obra de Moreno Villa. Pérez de Ayala lamenta que una parte del desconocimiento sobre el poeta malagueño provenga de una circunstancia: "Lo que publicó en México no estaba recogido". Moreno Villa ultimó en esta época de su vida algunos de sus mejores poemas. Pérez de Ayala destaca Salón sin muros, "un poema largo, muy autobiográfico, que debería estar en cualquier antología". "Vivo como el manantial de la sierra / para el camino que recorre, / vivo como los árboles / sin noticia de mi presencia", señala Moreno Villa en ese poema. Cuatro versos que pueden definir su vida.

Una joven neoyorquina

José Moreno Villa conoció y se enamoró en 1927 de Florence, una joven neoyorquina de paso por España. Fue una historia de amor tan fulgurante que decidieron casarse inmediatamente. Los padres de Florence quedaron alarmados ante tanta rapidez y pidieron conocer al futuro marido. Moreno Villa y Florence se embarcaron para Nueva York. En Génova se les unió el hermano de Florence. Moreno Villa se enteró entonces de que la familia de la joven estaba en contra de la boda. Vivieron tres meses en Nueva York entre peleas y reconciliaciones. Al final no se casaron. Moreno Villa recordó esta historia de amor en Jacinta la pelirroja, su libro de poemas más conocido.

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