Arafat invita a Rusia a asistir a la cumbre de Washington
Un Borís Yeltsin pálido y de sonrisa crispada, que hablaba con mucha lentitud y parecía que necesitaba hacer un gran esfuerzo para poder concentrarse, recibió ayer en el Kremlin al presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, quien invitó a Rusia a participar en la cumbre que, el próximo día 15, se celebrará en Washington para buscar una solución pacífica al conflicto de Oriente Próximo. "Ha pasado mucho tiempo desde su última visita", declaró el presidente ruso, al mismo tiempo que abrazaba a su invitado.
Arafat insistió en que Rusia, como copresidente de la conferencia de paz y como tradicional aliado de los palestinos, no debería faltar a la cita, forjada el miércoles en el paso fronterizo de Erez, en la franja de Gaza, por la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, y que sentará a la mesa de negociaciones a palestinos, israelíes y estadounidenses.
"Vamos a continuar nuestro trabajo en Moscú porque Yeltsin es el segundo padrino del proceso de paz", junto con Bill Clinton, dijo Arafat, quien no había estado en la capital rusa desde febrero del año 1997.
Yeltsin estuvo de acuerdo en la participación rusa, y también en nombrar un enviado especial permanente para mediar en el conflicto, pero Serguéi Prijodko, asesor internacional de Yeltsin, reconoció luego que primero ha de clarificarse la posición de las otras dos partes.
Arafat se reunió posteriormente con el presidente de la Duma o Cámara baja del Parlamento, Guennadi Selezniov, y con el nuevo primer ministro, Yevgueni Primakov, un reconocido especialista en cuestiones de Oriente Próximo, quien expresó el interés de su país por una paz justa que permita la coexistencia posible de todos los pueblos en la región. "Rusia", añadió, "no siempre hace pública su participación en los procesos de paz, pero incluso cuando se mantiene en la sombra juega un papel positivo".
