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BALONCESTO

NBA: ¿Gradas vacías?

La Liga profesional norteamericana corre serio peligro de sufrir la primera huelga de su historia

La Liga NBA mantiene, hasta ahora, el récord perfecto: es la única de las cuatro grandes ligas norteamericanas -béisbol, fútbol y hockey- que jamás ha dejado de disputar un solo encuentro por causa de disputa laboral. El impresionante registro, 35.000 partidos consecutivos disputados, corre serio peligro de romperse y las posibilidades de entendimiento entre propietarios y jugadores son cada vez más remotas. Los propietarios decretaron un cierre patronal el pasado día 1 de julio. Desde entonces los patronos y los jugadores se han sentado solamente una vez para negociar, pero la reunión acabó de manera rápida, amarga y únicamente sirvió para aumentar las diferencias en las posturas de ambas partes. El próximo día 8, ambas partes se volverán a ver las caras alrededor de una mesa negociadora. Pero, según todos los pronósticos, las diferencias entre las partes son tan abismales que nadie apuesta por un cese de hostilidades.Mientras tanto, la sensación general en el mundo de la NBA es que, por una vez, la falta de noticias no significa que haya buenas noticias. Desde hace 10 semanas, no se ha podido llevar a cabo ninguna firma o traspaso de jugadores: hay 150 jugadores en libertad, entre ellos nombres como Michael Jordan, Scottie Pippen, Charles Barkley o Rod Stricland.

La NBA comenzó cancelando el seminario anual con los jugadores novatos, el campamento de entrenamiento de los árbitros que pitan partidos de la NBA y un partido de exhibición en Israel que debían disputar los Miami Heat frente al Maccabi Tel Aviv. Y la Liga ha seguido con su presión particular: se han cancelado 24 partidos de pretemporada y se ha retrasado, indefinidamente, el comienzo de los entrenamientos oficiales.

La NBA ha añadido todavía más presión en los últimos días: los equipos han comunicado oficialmente a sus abonados que les será devuelto el dinero correspondiente a sus abonos para la temporada 1998-99. Mensaje subliminal al sindicato de jugadores: "Estamos listos para el combate". Bill Hunter, representante sindical de los jugadores pronosticó esta misma semana que será necesario sacrificar, al menos, dos meses de competición.

Mientras tanto, un juez árbitro, el profesor John Feerick puede tener en sus manos muchas de las claves del futuro inmediato de la Liga NBA. Feerick, catedrático de derecho en la Universidad de Fordham, es un hombre ponderado, pacificador y progresista. Participó, como asesor, en las conversaciones de paz del Ulster. Feerick deberá emitir un veredicto sobre el siguiente asunto: ¿puede la NBA cerrar, de acuerdo con las leyes laborales vigentes, o deben los clubes pagar a sus jugadores sus contratos garantizados en cualquier circunstancia? En principio, puede parecer un arbitraje sencillo visto desde el sentido común: los jugadores están dispuestos a prestar sus servicios pero sus patronos cierran las puertas de las canchas, luego los jugadores deberían percibir sus salarios. Sin embargo, el asunto es mucho más complicado. Bajo el marco de una relación laboral, los jugadores tienen derecho a ir a la huelga y los propietarios a decretar un cierre patronal. Y en ninguno de los dos casos hay incumplimiento de contrato.

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