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Una exposición rescata del olvido al ebanista modernista mallorquín Gaspar Homar

"Si compartimos la opinión según la cual la revalorización de las artes decorativas es la aportación más significativa del art nouveau, Gaspar Homar es su figura estelar". Esta frase de Mariàngels Fondevila, comisaria de la exposición dedicada a Gaspar Homar que ayer se inauguró en el Museo de Arte Moderno de Barcelona, justifica el porqué de esta retrospectiva dedicada a un ebanista mallorquín, conocido de nombre pero hasta ahora escasamente estudiado, de cuyos talleres salieron obras tan emblemáticas como el interiorismo de la Casa Lleó Morera.

Cuando murió, en 1955, ni una breve reseña en la prensa recordó su aportación al modernismo. Al parecer, Gaspar Homar había lamentado en sus últimos años este escaso reconocimiento, por lo demás habitual cuando se trata de artistas cuyos trabajos se asocian al artesanado o a las artes menores. Pero si hubo un movimiento que valoró estas aportaciones fue el modernismo, y Homar tuvo la fortuna de trabajar en su momento de máximo esplendor y colaborar con algunos de sus más reconocidos arquitectos, como Domènech i Montaner, para quién realizó los interiores de las casas Lleó Morera, en Barcelona, y Navas, en Reus, consideradas la quintaesencia del movimiento. Gaspar Homar nació en Palma de Mallorca en 1870 en una familia de carpinteros. Cuando tenía 13 años, la familia se trasladó a Barcelona, donde, con su padre, entró a trabajar en los importantes talleres de Francesc Vidal, en los que aprendió el oficio. En la exposición se muestran algunos dibujos y dos ejemplos del tipo de mobiliario, ecléctico e historicista, que realizó Homar en aquella época. En 1893, Homar se independizó de estos talleres para montar empresa propia junto con su padre. Entre esta fecha y 1915 se considera que vivió su momento de máximo esplendor, ya que adoptó por completo las formas del modernismo, a las que aplicó también su sello personal. En sus talleres se realizaban todo tipo de objetos y muebles que la clase alta barcelonesa se disputaba y de los que pueden verse importantes ejemplos en la selección de comedores, camas, armarios, muebles de entrada, arquetas, mesas y marquetería que se exhibe en la muestra. Homar se ayudaba de diversos artistas y especialistas con los que colaboraba -Josep Pey, Sebastià Junyent y Joan Carreras fueron los más significativos- , pero el diseño y el proyecto en muchos casos eran suyos, como demuestran los muchos dibujos firmados que guarda el museo. En cierta manera, hoy en día Homar sería al tiempo interiorista, diseñador industrial y artesano. Pese a que Homar fue adaptando su estilo a las formas menos ornamentales de la Secesión Vienesa y la escuela de Glasgow, poco a poco los nuevos gustos del noucentisme, a las que no se adaptó, fueron relegando su taller, que acabó cerrando en 1934. La exposición, abierta hasta el 29 de noviembre, podrá visitarse posteriormente en el centro cultural de la Fundación La Caixa en Mallorca, y cuenta con un exhaustivo catálogo en el que por primera vez se documenta y analiza la obra de Homar.

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