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Los jueces de Brasil permiten abortar a la niña de 10 años violada

La niña de 10 años embarazada de cuatro meses tras haber sido violada repetidamente por dos vecinos en la localidad de Israelandia, en el Estado brasileño de Goiás, podrá abortar.La justicia de Goiás ha autorizado el aborto, tras rechazar el recurso interpuesto por el fiscal. La interrupción del embarazo le iba a ser practicada a la niña la semana pasada, tras la autorización emitida por un juez el pasado día 16, pero no se pudo efectuar porque el fiscal de la localidad de Goiania (capital del Estado de Goiás), Reuder Motta, recusó la decisión. "Voy a presentar tantos recursos como sean necesarios para proteger la vida de la niña y de su hijo", declaró el fiscal.

Pero el magistrado instructor del proceso señaló después que la familia ni siquiera necesitaba la autorización de la justicia para realizar este aborto, ya que el artículo 128 del Código Penal brasileño ampara la interrupción del embarazo cuando éste procede de una violación.

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Batalla médica

Tras el embrollo judicial, que ha retrasado el aborto dos semanas, ahora comienza la batalla médica.La legislación brasileña no establece un plazo máximo de gestación para la retirada del feto, por lo que serán los médicos los que decidan si el aborto puede ser efectuado.

El tiempo está en contra del aborto de la niña, que se halla ahora en la 17ª semana de gestación. De acuerdo con la práctica médica brasileña, el aborto se practica solamente hasta la 12ª semana de embarazo, ya que cuando la gestación está casi en el quinto mes, el riesgo para la gestante es mayor.

Los médicos deberán decidir si la cirujía es más arriesgada que esperar a que una niña de 10 años lleve el embarazo hasta el final.

Mientras tanto, la iglesia católica continua avivando la fuerte polémica que ha despertado en Brasil el embarazo de esta niña. Sacerdotes y diversos grupos antiaborto están realizando innumerables tentativas para convencer a la familia de que desista del aborto y permita el nacimiento del bebé.

Los miembros de la familia de la niña se han quejado de la presión social a la que están sometidos y reclaman su derecho a decidir lo que consideran es mejor para su hija.

Mientras, los dos supuestos violadores, Benedito Moraes, de 65 años, y José Alfonso, de 52 años, comparten celda en la cárcel, acusados de violar a la niña en repetidas ocasiones en los últimos tres años a cambio de golosinas y pequeñas cantidades de dinero.

El sacerdote católico Luiz Carlos Loddi prometió a los padres de la niña, dos humildes campesinos, que el bebé "recibirá atención, ropas y todo lo que necesite, además de alimentos durante la gestación e incluso hasta tres meses después del parto".

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