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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Protesta sueca

PESE A la buena marcha de la economía, los ciudadanos suecos han enviado un mensaje de protesta al primer ministro socialdemócrata por su política de recortes del gasto público. El partido de Goran Persson ha obtenido sus peores resultados en 78 años. A pesar de ello, sigue siendo el más votado y, en la práctica, el único que tiene posibilidades reales de gobernar, aunque sea en minoría o con apoyos variables, situación que no es ninguna novedad en la política sueca, dominada por la socialdemocracia durante 55 de los últimos 66 años.Los socialdemócratas han obtenido el 36,6% de los votos, 8,7 puntos menos que en 1994. Es una derrota personal para Persson, pues éstas eran sus primeras elecciones, tras suceder a Carlsson al frente del partido y del Gobierno. Los ciudadanos le han pasado factura por la política económica restrictiva. Pero Suecia tiene hoy una inflación mínima, unas cuentas públicas ejemplares y un crecimiento que ronda el 3%, aunque la tasa de desempleo está estancada en un 7%, cifra excesiva para los suecos.

El triunfador de estas elecciones ha sido el ex comunista Partido de la Izquierda, que, con un 12%, ha doblado su nivel de votos. Dada la aritmética parlamentaria, este partido, junto con los Verdes, puede ser la pieza esencial para formar una mayoría de izquierda, aunque sea apoyando al Gobierno sólo desde los escaños, como pretende Persson. Ahora bien, este apoyo va a resultar difícil, pues Persson insiste en mantener su política económica, mientras que el Partido de la Izquierda propugna aumentar los gastos en bienestar, volver a crear 100.000 empleos públicos eliminados en ese sector, imponer la semana laboral de 35 horas y no participar en el euro.

El deseo de recuperar los niveles clásicos del Estado del bienestar ha quedado patente en la ciudadanía, aunque es difícil que pueda lograrse en el marco de los criterios de convergencia vigentes en la UE. Si Persson, heredero del mítico Olof Palme, quiere mantenerse en el poder, habrá de navegar, a partir de ahora, en aguas políticas agitadas y buscar apoyos a la izquierda o a la derecha. En todo caso, con estos resultados, Suecia tendrá más dificultades para aceptar entrar en el euro. Y no hablemos ya de la OTAN.

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