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Entrevista:

"El dinero en sí no es malo, pero en manos de un loco puede ser un arma"

Un grupo desconocido, un anuncio de refrescos y un tema pegadizo, Train, han conformado la receta de la última sensación del rock español. Con un único disco en el mercado, The crossing, los hermanos suecos Tomas y Steffan Rundquist y el español Antonio Crespo han reventado la lista de éxitos con su estética harekrisna, melodías reggae y cuidadas guitarras. El cantante, quien fuera campeón de Europa de monopatín en Münster, comentó tras su última actuación en Puerto Real la peculiar filosofía del grupo, y aprovechó para anunciar que Undrop no ha nacido para ser flor de un día. Pregunta. ¿Qué relación tiene su credo con la música que practica? Respuesta. El harekrisna es más bien un movimiento sociocultural procedente de la India que tiene miles y miles de años. Cuestiones como ser vegetariano, el karma, la no violencia o la reencarnación son muy importantes para nosotros. Y muy saludables. P. También se les define como straight-edge, ¿en qué consiste esa etiqueta? R. Bueno, no somos eso en realidad, se refiere a aquéllos que no toman alcohol ni drogas y son vegetarianos, pero implica más radicalidad, más movimiento. Nosotros también somos así, frescos, pero estamos más en el aro espiritual. Creemos en el amor. P. Un anuncio asegura que "lo importante es que te guste a ti". Pero si se comparte ese gusto con 150.000 personas, mejor, ¿no? R. No tienes que creer todo lo que dice la tele... P. ¿Qué bebe Undrop? R. Sólo agua. Y somos cocineros también, hacemos nuestros propios platos. P. ¿Cuánta gente quiere subirse al train de Undrop? R. Todos son bienvenidos... incluso los animalitos. P. ¿Pero nadie quiere aprovecharse de su tirón? R. Es un tirón bueno. Incluso en las personas que se acercan con malas intenciones podemos encontrar vibraciones positivas. P. ¿Cómo piensan superar el listón de su primer disco? R. No lo sé, ya estamos trabajando en canciones. El yoga y la meditación nos ayudan a estar con los pies en la tierra, de manera que aunque la cosa vaya mal o bien, no hay que perturbarse. P. ¿No ha sacudido sus vidas la popularidad? R. Yo empecé a tocar la guitarra cuando tenía siete años, y desde entonces no he parado. Lo único que ha cambiado en nuestras vidas es que ahora hacemos más entrevistas y la gente salta más en nuestros conciertos. P. ¿Y temen que el dinero les corrompa? R. El dinero en sí no es malo, depende de quien lo utilice. En manos de un loco puede ser un arma, algo muy peligroso. Pero con el dinero puedes hacer un millón de cosas positivas.

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