Dos implicados en el fraude de la Expo de Lisboa son socios del suministrador de equipos informáticos
El jefe de tesorería y contabilidad de la Expo, João Caldeira, detenido el pasado fin de semana, y el responsable de los servicios informáticos, Armando Ruano, son socios en una empresa inmobiliaria del principal sumistrador de computadores de la muestra lisboeta, según informó el semanario O Independente. El número tres de la Expo, António Pinto, que dimitió el miércoles, es cuñado de Ruano.Ésta es una de las irregularidades detectadas por los servicios de la Policía Judicial que investigan decenas de contratos que la Expo adjudicó a diversas compañías, entre ellas, algunas dirigidas por familiares directos o socios de altos funcionarios de la organización.
Al parecer, algunas empresas del sector denunciaron hace más de un año las oscuras conexiones de Ferreira con los mencionados responsables de la Expo, pero sus avisos no encontraron respuesta alguna entre los administradores de la muestra. Según el citado semanario, el comisario de la Expo, José Torres Campos, tuvo conocimiento de esa trama de intereses a través de un informe interno de la organización, pero esas empresas siguieron con sus actividades normalmente.
Asimismo, los investigadores del departamento para el combate a la corrupción, el fraude y las infracciones económico-financieras han detectado una amplia red de intereses de Armando Ruano en el sector informático.
Los responsables de la Expo ya han cifrado en 1.300 millones de pesetas el agujero abierto en sus cuentas mediante el pago simulado que una cooperativa de viviendas, dirigida por Caldeira, debería haber ingresado en la muestra. De ese desfalco, cerca de 600 millones de pesetas han sido detectados; el resto está en paradero desconocido.
Los servicios de la Policía Judicial investigan también a fondo otra sospechosa serie de contratos y servicios, entre ellos, algunos misteriosos y astronómicos gastos en viajes o la compra de plantas y árboles para el recinto, prácticamente despoblado de vegetación. Los investigadores se encuentran desbordados por la complicación de algunas operaciones de auténtica ingeniería.
