Josep Guinovart muestra en Castelldefels su particular homenaje a Federico García Lorca
El presente año es también de intensidad lorquiana para el pintor Josep Guinovart, quien, junto a la exposición A Lorca, que ayer inauguró en el Centre Cultural Estació, de Castelldefels (plaza de la Estación, 2-3), tiene en marcha simultáneamente dos exposiciones más inspiradas por la obra del poeta andaluz: una en el centro de exposiciones Torre Vella, de Salou, y la otra en el Espai Guinovart, de Agramunt. La exposición A Lorca, organizada por el Ayuntamiento de Castelldefels, lugar de residencia del artista, podrá visitarse hasta el 8 de septiembre.
El homenaje a Federico García Lorca no viene condicionado únicamente por la celebración del centenario del nacimiento del poeta, sino por la deuda artística que tiene Guinovart con los versos del poeta. "Por las circunstancias históricas, la persecución del catalán, y personales -no era hijo de la burguesía culta-, yo conocí primero la poesía en castellano que la catalana. Lorca forma parte de todas aquellas impresiones y sensaciones que me han servido para desarrollar mi obra", comenta Guinovart. "Creo que toda obra artística recoge el momento histórico, las lecturas, las vivencias personales y la sensibilidad del artista. Lorca entra dentro de este bagaje", dice. En la exposición A Lorca puede contemplarse alguna pieza antigua, como unos grabados realizados en 1950 precisamente como homenaje al poeta, aunque mayoritariamente los trabajos expuestos son obra reciente inspirada sobre todo en el libro Poeta en Nueva York. "Pienso que la poesía está próxima a la pintura y Lorca crea imágenes sensuales, vitalistas o trágicas que se multiplican de manera eléctrica", comenta el artista. En la exhibición pueden contemplarse obras de gran formato y otras de tamaño más reducido en las que se constata la apuesta de Guinovart por el cambio y la evolución. "Creo que en el arte hay que arriesgar, hay que asumir la posibilidad de error, si no, no se evoluciona. El artista debe siempre empezar de nuevo, la ilusión es el motor del creador", dice el pintor. Para Guinovart, uno de los peligros que tiene que sortear el artista es convertirse en una marca de sí mismo. "En algunos casos, los condicionantes del mercado del arte te obligan a seguir un camino prefijado en el que todo el mundo espera de ti lo que ya es previsible". En estas nuevas obras se trasluce sutilmente el interés de Guinovart por la pintura de calle. "Mi interés va más allá de los modernos grafitos, siempre he sentido fascinación por el arte anónimo, el que se encuentra en las inscripciones en los árboles o en los bancos, en las paredes del metro o incluso tras las puertas de los servicios", explica. Guinovart respira actualmente unos aires de vuelta a la normalidad en el mundo del arte, "Aunque ha sido tan grande la sensación de engaño por parte de algunos que compraron en el periodo de especulación, que todavía no existe una normalidad absoluta. De todos modos, creo que se constata la tendencia de recuperar al comprador que adquiere obra para su disfrute, como siempre había sido". La exposición exhibe unos paneles informativos realizados también por Guinovart con los que el artista pretende que el visitante se acerque con datos objetivos al conocimiento de la vida y obra de Lorca. Se muestran asimismo varias piezas escultóricas de su serie Guitarras y una gran cruz de madera quemada transformada también en un instrumento musical. Todas estas obras poseen conceptualmente un claro acento lorquiano. El periplo de este conjunto temático de obras finalizará este año con la presentación en la Universidad de Granada de una exposición de estas mismas características. En una línea menos cerrada conceptualmente, Guinovart está ultimando los preparativos para la presentación a finales de septiembre de una individual en la galería Artgràfic-Joan Prats, en Barcelona.
