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Una exposición reúne 81 obras de Fontana en Mallorca

Lucio Fontana siempre usó perforaciones y cortes a modo de manifiesto o expresión de su concepto del arte. El lienzo blanco apuñalado, un cuadro herido, ha quedado ya en la historia del arte de la segunda mitad del siglo XX como símbolo y firma del precursor vanguardista Lucio Fontana (Buenos Aires 1899- Varese, 1968). La exposición Entre materia y espacio, ofrece estos días la posibilidad de acercarse a una amplia selección de su trabajo en el Gran Hotel de Palma, una muestra organizada por la Fundació La Caixa. Esta muestra se presentará a finales de septiembre en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

Una monumental cabeza como un sol en llamas, una máscara con cutis de mosaico titulada Testa di Medusa, de 1948, recibe al visitante en la primera de las tres plantas del bello edificio modernista que alberga la colección. En el ámbito iniciático del recorrido se exhiben bustos y esculturas figurativas y abstractas.

Lucio Fontana aprendió el oficio en el taller de su padre, artesano y policromista; resultó herido en la Primera Guerra Mundial y luego viajó a Argentina, donde montó una empresa factoría de encargos decorativos con su progenitor y comenzó a su trayectoria como creador total.

Thomas Messer y Franziska Nori han dirigido la selección y montaje de esta travesía histórica tras las huellas expresivas del autor italo-argentino -pasó su vida a caballo entre dos continentes-.

Fontana aparece a veces como un polemista que salta del figurativo al abstracto, del neobarroco al minimalismo. Conceptos espaciales -la mitad de sus obras arrastran este título-, galaxias, montajes televisivos y cubos monocromos y laberintos cerrados, como los que presentó a las famosas bienal de Venecia y Documenta de Kasel.

Visionario

"Fue un visionario", observa Franziska Nori. "Fontana es un autor que no sólo es uno de los grandes del arte moderno, sino que abordó temáticas que todavía hoy son muy vivas en el discurso de los creadores -como puede ser la desmaterialización de la obra de arte como búsqueda de un nuevo camino-.El agujero y el corte es el símbolo de este pensamiento puro como superación de la materia.

Nori resalta que la muestra de Mallorca -que será ampliada con varias obras e instalaciones más en su presentación en el Reina Sofía- "es más una exposición temática que retrospectiva, es un intento de proponer al público los temas básicos de su obra".

En el Manifiesto Blanco de 1946 dijo el autor que "el arte es eterno porque vive del espíritu creador del hombre".

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