Una enciclopedia de arte contemporáneo
El Castillo de Santa Bárbara, en Alicante, ha sido las últimas semanas un hervidero de técnicos, transportistas, políticos y asesores, todos afanados en encontrarles espacios a las casi 700 piezas escultóricas que forman la interesante colección de Eduardo Capa. Ya han llegado todas las obras, entre ellas el gigantesco Newton de Dalí, y la muestra que el artista segoviano se comprometió a dejar en Alicante un mínimo de cinco años se presentará oficialmente el lunes. Una vez todo dispuesto, el museo abrirá sus puertas y sus salas albergarán la nómina más importante de escultores españoles de este siglo, con algunos exponentes europeos. Esta enciclopedia de arte contemporáneo contiene obras de Mariano Benlliure, Jorge Oteiza, Salvador Dalí, Pablo Serrano, Cristino Mallo, Francisco Leiro, Alberto Sánchez, Manolo Hugué, José Capuz y Ángel Ferrant, entre otros. Algunos de los artistas extranjeros representados son James Knowles, Michel Lescure, Constantin Meunier, la escultora de origen chino Chu, Joaquim Correia y Antonio Berti. La colección recoge obra de autores muy dispares y calidad desigual, aunque eso sí, es un claro y didáctico exponente de lo que se ha hecho en arte escultórico en España a lo largo del siglo XX. La mayoría son de pequeño formato, aunque se cuentan unas 40 esculturas de gran envergadura, entre ellas el ya citado Newton de Dalí, la estatua ecuestre de Pedro de Valdivia, obra de Pérez Comendador, y el Homenaje a Irak de Kahlid, un panel en bronce de cinco metros por cinco y medio que pesa más de tres toneladas. Las piezas han sido clasificadas bajo distintos epígrafes, que van cronológicamente desde las representativas del cambio de siglo a las vanguardias. El nuevo realismo, la renovación figurativa de la segunda mitad de la centuria, la revisión del clasicismo, el realismo de vanguardia y la abstracción son algunos de los apartados en los que se ha ordenado la catalogación del museo. Según Pedro Romero, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Alicante, el principal problema ahora es la ubicación de las obras, ya que las 10 salas del Castillo habilitadas al efecto -la Casa del Gobernador, el antiguo Museo del Ejército, el Cuerpo de Guardia, entre otras- se han revelado insuficientes para acogerlas todas. La solución pasará necesariamente por guardar parte de las esculturas en un almacén y alternar las exposiciones, tanto las abiertas en Alicante como las que se organicen en otras localidades españolas. Huelva, Santander, Oviedo, Madrid y Valencia ya han solicitado programar muestras con piezas de la colección Capa. El calendario de exposiciones en Alicante está cerrado hasta la próxima primavera. Durante este verano se ha preparado en el Castillo de Santa Bárbara una retrospectiva del interesante escultor Francisco Leiro, que a partir de octubre será sustituida por una muestra de los trabajos de Eva Lotz. A partir de enero, los 10 mejores escultores españoles del último cuarto de siglo estarán representados, votados por diferentes críticos y especialistas en arte. En otro orden de cosas, el Ayuntamiento de Alicante y Eduardo Capa han puesto en marcha la constitución de una fundación que se encargará de gestionar el mantenimiento de la colección y tomará las decisiones en todo cuanto la concierna. Capa se mostraba satisfecho, aunque un tanto preocupado por la complicada orografía que tuvieron que salvar las esculturas venidas desde Madrid y otras ciudades, hasta quedar instaladas en las dependencias del Castillo, en diferentes niveles del monte Benacantil. Que las piezas permanezcan definitivamente en Alicante dependerá ahora de que las instituciones cumplan las condiciones propuestas por Eduardo Capa, quien desea que su colección sirva de estímulo a la investigación y el aprendizaje artísticos.
