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Ironías de la derecha francesa

Un diputado conservador satiriza en un libro de fábulas las batallas por suceder a Chirac

Serge Blisko (Nancy, 1950), o el diputado poeta. Médico, defensor de la cultura yiddish, adscrito al Grupo Socialista, acaba de publicar Le dindon et les deux coqs. La fable de paris ( El Pavo y los gallos. La fábula de París), una versión invertida y contemporánea de las célebres fábulas de La Fontaine. En sus versos no encontramos animales humanizados, sino hombres animalizados, como el presidente de la República, Jacques Chirac, convertido en dindon (pavo), y el alcalde de la capital, Jean Tiberi, y el ex ministro de Cultura y de Justicia, Jacques Toubon, metamorfoseados en gallos.«Se croire un personnage es fort commun en France: on y fait l'homme d'importance, et l'on n'est qu'un petit bourgeois. C'est proprement le mal françois: la sotte vanité nous est particulière». («Creerse un personaje es habitual en Francia: se presume de importante cuando sólo se es un pequeño burgués. Es el defecto propio de los francos: la vanidad estúpida es lo nuestro»). Así arranca el texto de Blisko dedicado a contarnos, rimadas y en clave, las desventuras de Chirac por culpa de dos gallos que se pelean por sucederle.

El mundillo político, sobre todo el de esa derecha que arranca la piel a tiras a sus correligionarios porque no logra asumir la catástrofe electoral provocada por unas elecciones anticipadas, aparece retratado. «On hasarde de perdre en voulant trop gagner. Gardons-nous de trop espérer» («Te arriesgas a perder queriendo ganar demasiado. Dios nos libre de abarcar demasiado»). Los cerdos -«la gent porcine»- son quienes confían en Le Pen, que aparece como Dom Pourceau, y recurso para la desorientada famille du dindon, los gaullistas.

Balladur, nacido en Esmirna, es le renard d"Orient (el zorro de oriente), quien, a pesar o precisamente porque ha perdido todas las guerras, «Voyait en souriant que Néron et Tibère Allaient s"entretuant», («Veía sonriente que Nerón y Tiberio -Toubon y Tiberi- se mataban entre sí»). Nicolas Sarkozy toma el aspecto de un singe de Neuilly (un mono de Neuilly), que con sus argucias intenta «abuser l'ennemi et séduire la cour», («engañar al enemigo y seducir la corte»). Charles Pasqua, antiguo ministro del Interior, es un vieil ours de corse, (un viejo oso corso), al que acompañan «ses amis bruteaux» («amigos brutales»), en referencia a los gorilas que aseguran el servicio de orden -y algo más- del partido neogaullista.

Las desventuras del «édenté» («desdentado») Tiberi y su esposa, Xavière, que «enrichissait Tibère tout en ruinant Paris» («hacía rico a Tiberio mientras arruinaba París»), son el núcleo del poema y el famoso informe sobre la francofonía por el que un Gobierno regional pagó más de seis millones de pesetas y que aparece como el detonante de la crisis. Tiberi hubiese podido, si no «Par fierté, sinon honnêteté» («por orgullo, ya que no por honestidad»), dimitir y evitar que el desprestigio destiñese sobre Chirac cuando, «animal sans vertu, il faisait trembler tout le monde» («animal sin mérito, hacía temblar todo el mundo»), en alusión a sus explosiones atómicas en Mururoa.

El libro de Blisko, escrito en colaboración con Jean Guiloineau, está ilustrado por Jean Kerleroux, cuyos dibujos en Le Monde han ido acostumbrando a sus lectores a ver a los políticos bajo la piel de distintos animales. Su granja anda hoy revolucionada y lo que empezó como una crisis interna y circunscrita al Ayuntamiento de París se asemeja hoy al hundimiento de un reino y un sistema. «Nos roitelets têtus perdront un jour leur bien et il sera trop tard pour ces deux coqs peu sages de partager leur héritage», («Nuestros reyezuelos tozudos un día perderán su cargo y será demasiado tarde para esos gallos poco sabios para repartirse la herencia». O lo que es lo mismo, la querella entre Toubon y Tiberi acabará por arruinar el partido chiraquiano, su carrera y quizás la del presidente. Todo esto, dicho en verso y en clave de fábula «Bien ou mal, je le laisse à juger aux experts, qui sauront à coup ser lire dessous mes vers», («Bien o mal, lo dejo a juicio de los expertos, que, sin duda, sabrán comprender lo que hay detrás de mis versos»).

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