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El Consejo de La General destituye al director e incrementa las competencias del presidente

ranadaEl Consejo de Administración de la Caja General de Ahorros de Granada destituyó ayer como director general, por 13 votos contra tres, a José Manuel Moreno Molino, a la vez que incrementó las competencias del presidente, Julio Rodríguez, del que también dependerá a partir de ahora la división de Contabilidad y Control. Desde que en 1985 la caja detectara un quebranto en el área de Extranjero de 3.000 millones de pesetas, Julio Rodríguez ha ido acaparando el control sobre el funcionamiento de la institución. Fernando Rodríguez Moreno, el nuevo director, se dedicará preferentemente a aplicar el plan de estrategia interna que prevé una reducción de la plantilla y la apertura de nuevas sucursales.

El presidente de La General dio por concluida ayer la reestructuración emprendida hace tres años y que ha transferido al Consejo de Administración, y en concreto a su presidente, el control de la entidad de ahorros. Julio Rodríguez aseguró que gracias a los cambios operados la ha logrado "ratios" superiores a los del promedio nacional y ha ascendido al puesto decimoquinto en cuanto a beneficios en la escala nacional. Rodríguez dijo que la destitución de José Manuel Moreno "responde a la conveniencia de que en la caja haya coherencia entre el Consejo y su presidente y la dirección". Rodríguez sugirió que el cambio va a permitir la aplicación de un plan para reducir los costes laborales que incluye jubilaciones anticipadas y la apertura de nuevas oficinas hasta llegar a 429. El presidente de La General explicó que el nuevo director general se dedicará preferentemente a llevar a cabo esta tarea gracias a las aptitudes que ha demostrado a lo largo de los años para las relaciones personales. Fernando Rodríguez, en efecto, ha ocupado en los últimos años en la caja puestos de confianza o de presentación sin que le hayan afectado los sucesivos relevos en la presidencia. Rodríguez negó que la destitución del director se hubiera debido a su desacuerdo con el progresivo incremento de las competencias de la presidencia. Rodríguez dijo que las circunstancias que han aconsejado el cambio son más de perfil profesional que "por hechos concretos". Rodríguez intentó sin éxito en octubre de 1995 que la asamblea le permitiera modificar los estatutos de la caja para que la figura del presidente del consejo tuviera carácter ejecutivo. En la práctica, sin embargo, Julio Rodríguez ha ido acumulando responsabilidades en los límites que permiten los estatutos. "La caja de Granada", dijo, "tiene unos estatutos atípicos respecto a los cuatro más importantes de Andalucía", que permiten que el presidente sea ejecutivo. "A lo mejor nosotros hemos heredado la idea de que los presidentes estaban atentos sólo a la obra social y presidían de vez en cuando un consejo. Ahora, en cambio, deben vigilar que se cumplan las estrategias y se maximalicen los resultados económicos". La caja granadina prevé para 1998 unos beneficios después de impuestos de 6.500 millones de pesetas, frente a los 5.401 de 1997. El presupuesto de la obra social ha crecido en ese intervalo de tiempo de 1.464 a 2.395 millones de pesetas.

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