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La Cabra Mecánica y Los Planetas presentan sus nuevos discos en Vizcaya

Esta noche, cuando Smashing Pumpkins estén presentando sus nuevas composiciones en el Guggenheim, La Cabra Mecánica estará haciendo lo propio a escasos metros, en el Kafe Antzokia. Dicho escenario servirá al conjunto capitalino para, a partir de las 22.00, presentar ante el público bilbaíno su primer elepé: Cuando me suenan las tripas. Ritmos marcados por una percusión con sabor latino, textos impertinentes expelidos con un deje entre pasota y sabrosón, ecos y ribetes propios de rancheras, sones, tangos y del flamenco, funk, pop y rock. Todo ello forma parte del peculiar cóctel sonoro de un grupo surgido en el madrileño barrio de Lavapies hace prácticamente cuatro años. Lla droga, el sexo, la fobia a los llamados nuevos cantautores, el amor y la injusticia del mercado laboral se dan también cita en la literatura contenida en su estreno discográfico. Enclavado dentro del pujante pop rock latino, La Cabra Mecánica es el proyecto musical del bajista y cantante Miguel Ángel Hernando Trillo, Lichis. La originalidad y el desparpajo de su repertorio particular llamó el pasado año la atención de Dro cuyo patrocinio ha permitido dar a conocer su peculiar prosa en Cuando me suenan las tripas. Por su parte, Los Planetas presentan mañana en Getxo, a partir de las 21.30 y en la sala Zona 16, su tercer elepé, Una semana en el motor de un autobús. El disco se grabó en enero en Nueva York y lo ha editado la multinacional RCA. La nueva entrega de la eterna promesa del indie pop español contiene mucha melodía conducida por las continuas descargas eléctricas de dos guitarras incisivas, distorsionadas y pertinaces. En definitiva, la música de Los Planetas no es más que pop ruidoso e intenso como fondo de unos textos en castellano interpretados por la lánguida voz de J., guitarrista, compositor y cantante del cuarteto. En el disco, eso sí, hay lugar para arreglos de cuerda (violín, chelo, viola y órgano suenan en la grabación), viento (trompeta) y percusión. Con anterioridad a Una semana en el motor de un autobús, el cuarteto granadino ha puesto en circulación dos elepés: Super 8, en 1994, y Pop hace dos años. El decidido apoyo de los medios especializados y haber sido el primer fruto de la efímera revolución noise pop peninsular en firmar contrato con una compañía multinacional, no ha servido para provocar su definitivo despegue comercial. Por lo visto, son demasiado blandos para el underground y demasiado raros para los aficionados a la música comercial.

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