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Elaborado un retrato robot del pistolero que hirió al escolta de García Vargas

La policía ha elaborado un retrato robot del pistolero que el pasado martes hirió de un tiro en una pierna al policía Enrique Rodríguez Jaén cuando prestaba servicio de escolta en el chalé del ex ministro de Defensa Julián García Vargas en Madrid. Este procedimiento de investigación no es habitual en los casos de una simple agresión. Interior se inclina a creer que el ataque no es atribuible a ETA, sino a delincuentes ligados a un grupo de corte mafioso. Una hipótesis que baraja la policía apunta la sospecha de que los agresores estuvieran planeando el secuestro de un empresario domiciliado en la misma calle que García Vargas. El departamento de Policía Científica ha determinado que el proyectil que hirió al agente es del calibre 38 y que fue disparado con un revólver. Este dato, junto a otras circunstancias, induce a sospechar que los autores del disparo -dos hombres de mediana edad, bien vestidos y que aguardaban en un Citroën BX frente al chalé del ex ministro- pueden pertenecer a una banda de delincuencia organizada, y no a ETA. Pero Interior no se atreve a descartar por completo esa posibilidad, y de ahí que la Brigada Provincial de Información, encargada de la lucha antiterrorista, continúe con sus pesquisas.

La actitud de los sospechosos, que permanecieron largo rato merodeando por la calle de La Masó, donde reside el ex ministro socialista, no es la habitual de los etarras, como tampoco lo es el arma con el que se efectuó el disparo. Los etarras han usado revólveres en pocas ocasiones, generalmente del calibre 22, como en el asesinato del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco, ocurrido el pasado verano.

La policía no ha localizado todavía el vehículo Citroën BX, cuya matrícula de Madrid empieza por los números 0 y 1, desde el que se realizó el disparo. Ningún coche de esas características ha sido denunciado por robo.

El policía zaragozano, adscrito temporalmente a una operación anti-ETA en Madrid, logró salvar la vida al advertir que el pistolero iba a abrir fuego. De un manotazo desvió la trayectoria del disparo, que en vez de en el pecho le impactó en una rodilla.

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