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El Papa pide ante el dictador de Nigeria el respeto ''a la vida y los derechos humanos''

Juan Pablo II invocó ayer el respeto "a la vida humana y a los derechos humanos" como la única garantía "para promover la justicia y el desarrollo" en Nigeria, en su discurso de llegada a la capital, Abuja, donde fue recibido por el general Sani Abacha, presidente del país. Un fatigado Karol Wojtyla, que afronta su viaje número 82, el segundo a Nigeria, donde la mitad de la población es musulmana y hay más de 200 etnias, defendió en un breve encuentro con los periodistas durante el viaje el papel de Pio XII al declarar que ''fue un gran Papa''.

El general Abacha, presidente desde el golpe de 1993 que le puso al frente de una Junta Militar, recibió al Pontífice ataviado con la ropa tradicional de su etnia, en la atmósfera de sofocante calor de Abuja.El dictador nigeriano trazó ante los ojos del Pontífice, en sus palabras de bienvenida, la imagen de una Nigeria en vías de desarrollo y dispuesta a hacer un gran esfuerzo en pro de la armonía racial. El Papa se presentó ante las autoridades civiles y religiosas y ante los centenares de nigerianos que le acogieron ''como un amigo y una persona profundamente preocupada por el destino del país y de todo el continente".

Además de invocar la necesidad del respeto a los derechos humanos en Nigería, Wojtyla se refirió de pasada a la grave situación de países como Sierra Leona y Liberia, que atraviesan o acaban de vivir momentos de singular gravedad. El viaje papal trasciende de su carácter pastoral y encierra también claras connotaciones políticas como el que Juan Pablo II realizó en enero a Cuba. De hecho, el secretario de Estado vaticano, cardenal Angelo Sodano, pidió en nombre del Papa la libertad de 60 presos políticos. El minsitro de Exteriores nigeriano, Tom Ikimi, le dijo que estudiaría la lista le daría una respuesta.

Más polémica que su intervención ante Abacha fue la breve declaración que hizo en el avión que le trasladaba a Abuja, en la que defendió a Pío XII. Una toma de posición clara por parte del Pontífice, que se produce apenas cinco días después de que el Vaticano hiciera público su polémico documento sobre el holocausto judío durante la II Guerra Mundial, en el que se exculpa a la Iglesia y a Giovanni Pacelli de cualquier responsabilidad en lo ocurrido.

A juicio de Juan Pablo II, la Iglesia ha dado ya "una respuesta suficiente" a las críticas desatadas por el documento, que ha decepcionado a amplios sectores de la jerarquía religiosa judía. A este respecto recordó lo publicado el jueves en la revista de los jesuitas, Civiltá Cattolica, por Pierre Blet, uno de los estudiosos que editó los 11 volúmenes con documentos sobre la II Guerra Mundial publicados por el Vaticano. Blet rebatía las críticas de quienes consideran que Pío XII mantuvo un silencio cómplice durante el genocidio judío.

El jesuita declara en la revista que es "una falsedad histórica decir que Pío XII no tuvo el coraje de adoptar una posición contra Hitler", al tiempo que recordaba las acciones diplomáticas de la Santa Sede a favor de los judíos. En el mismo artículo rechazaba la tesis de que Pío XII mantuvo una relación epistolar secreta con Hitler y negaba que las actas publicadas contuvieran "lagunas" interesadas. En esta nueva misión pastoral de Juan Pablo II a Nigeria -el primer viaje fue en 1982- tiene previsto beatificar hoy en la localidad de Onitsha al misionero Cyprian Michael lwene Tansi, fallecido en el Reino Unido en 1964, a los 63 años. Iwerte Tansi es el primer católico nigeriano elevado a los altares.

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''Pinochet de África"

Nigeria, un gigantesco país con 111 millones de habitantes, de los cuales 10 millones son católicos, es el sexto productor mundial de petróleo y atraviesa una delicada situación política y social. El sábado, en vísperas de la visita, el Premio Nobel de 1986, el nigeriano Wole Soyinka, hacía un llamamiento al líder de los católicos para que denuncie en este viaje al "déspota de Lagos", en referencia al general Abacha. El escritor, que vive exiliado en EE UU, denunciaba en una entrevista la constante violación de los derechos humanos, de la que es culpable el régimen dictatorial de Abacha -"el Pinochet de África", según el escritor-, y reclamaba de Juan Pablo II una actitud de abierta denuncia de la situación política y social del país. Abacha, según Soyinka, pretende forjarse una imagen de neutralidad religiosa al recibir al Pontífice, cuando en realidad ha llevado a cabo una política de islamización en el país.Éste es el decimotercer viaje de Wojtyla a África, un continente donde ha visitado ya 41 países. Juan Pablo II pretende con la visita reforzar la posición de la Iglesia, que ha sufrido en los últimos tiempos gran represión en todo el continente.

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