Los Halffter, una familia musical española
Tras el éxito de María Bayo en Julio César, el Palau de la Música ofreció el viernes un monográfico sobre los Halffter en los nombres no únicos, pero sí más representativos, de Rodolfo, Ernesto y Cristóbal, nacidos en Madrid en 1900, 1905 y 1930 respectivamente. Bajo la dirección de Cristóbal Halffter la Orquesta de Valencia, que vive un espléndido momento, sirvió interpretaciones excelentes de Tripartita (1959), de Rodolfo, como Rapsodia portuguesa (1941) de Ernesto y Las turbas (1959), de Cristóbal además de su best-seller Tiento y batalla, sobre Cabezón y Cabanilles, que data de 1986. Bajo el signo, de un solo apellido pudimos seguir entonces más de medio siglo de creación musical española plena de belleza, de alta calidad, significativa e independiente. Recogió Ernesto Halffter con admirable fidelidad el legado de Falla, su maestro, y siguió, en alguna medida, el pensamiento orquestal de Mauricio Ravel. En la Rapsodia portuguesa quedan claras ambas influencias siempre dominadas por la personalidad de un compositor que fue suma de cosmopolitismo, rigor perfeccionista y gracia natural bajo el signo de una intuición hecha sabiduría Protagonizó la parte solista el catedrático Joaquín Soriano, tan brillante y ceñido en la rítmica como en la lírica de alma popular. De Rodolfo Halffter podría decirse que se trata de una sabiduría hecha intuición. Desde sus juveniles tentaciones atonalistas y tras su periodo nacionalista y neoclásico de los años treinta, desembarca Rodolfo en las playas de las tentaciones después de instalarse en México el año 1939. Lo hace ya con firme madurez de maestro e inequívocos signos de identidad. Tripartita define con precisión la actitud estética del "Halffter de América": exactitud de lenguaje, vertebración, equilibrio formal y medido aliento lírico. En cuanto a Las turbas, que su autor denomina collage para orquesta han obtenido grandes triunfos de público allí donde se han escuchado. En un gran fresco, tan español en su magia y realismo, Cristóbal revive el fenómeno tradicional de la Semana Santa conquense, entre religioso y lúdico, restallante y poéticamente ambiental. Se trata de una actitud parecida a la del Tiento y batalla aunque en este caso retorna la historia lejana y en Las turbas palpita la actualidad de lo antiguo que perdura en as celebraciones conquenses como algo vivo, con natural y consanguíneo. Exponer tan amplio capítulo musical ha sido idea excelente y útil hecha posible gracias a la calidad y entrega de la orquesta valenciana y del conocimiento dominador de su director invitado.
