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Olivencia asegura ante Garzón que quiso dimitir tres veces de su cargo de comisario general de la Expo

Manuel Olivencia, ex comisario general de la Expo entre 1984 y julio de 1991, declaró ayer ante el juez Baltasar Garzón que en tres ocasiones pidió al Gobierno ser relevado de su cargo. Olivencia -que declaró como imputado aunque sin acusación formal de ningún delito pero en relación con supuestas irregularidades contables en la Exposición Universal de 1992- aseguró que no participó ni en la gestión en la administración de las sociedades que intervenían en el evento sino que su misión era la de asegurar el éxito internacional de la Expo, algo así como un relaciones públicas. El ex comisario pidió al juez que le levantase la condición de imputado debido a la carga personal, profesional y familiar que ésta le ha supuesto. El juez dejó a Olivencia en libertad sin cargos.Garzón interrogó exhaustivamente a Olivencia sobre el documento de 50 fólios de extensión que éste le presentó el pasado miércoles en el que explicaba sus facultades y competencias en la Expo, entre las que no. entraba la de la gestión.

Olivencia afirmó que no tiene constancia de que haya habido ninguna desviación de fondos en relación con la Expo y que no tiene conocimiento sobre que se hayan pagado comisiones. Añadió que en el caso de que lo hubiera sabido lo habría denunciado.

La declaración de Manuel Olivencia, suegro del ministro de Trabajo, Javier Arenas, tuvo una duración de cuatro horas y fue grabada en cinta magnetofónica. Al término de la misma, Olivencia se dirigió al juez y le dijo que, debido a su prestigio, ser imputado le ha supuesto una carga muy grave. "Aunque no se me imputa ningún hecho delictivo concreto, le ruego que me exponga si existe alguna sospecha en m-¡ actuación y yo la aclararé muy gustoso, pero en caso contrario le ruego me levante de inmediato la condición de imputado sin perjuicio del ofrecimiento de colaborar con la justicia en todo lo que necesite", solicitó el ex comisario. Garzón, que dejó a Olivencia en libertad sin cargos, todavía no se ha pronunciado acerca de esta petición. Olivencia, según personas que asistieron a la declaración, no acusó a nadie, aunque sí explicó que antes de ser nombrado comisario general de la Expo, no deseaba el cargo y fue Felipe González quien le convenció para que lo aceptase. Posteriormente, pidió en tres ocasiones ser relevado del mismo por motivos personales ya que tenía su despacho muy abandonado y no se sentía a gusto. Este malestar era Originado por discrepancias procedimentales y formales que mantenía con el consejero delegado Jacinto Pellón sobre las auditorías internas. Olivencia quería estar informado y Pellón consideraba que las mismas eran un instrumento útil a la sociedad pero no para uso del comisario. También discrepaban sobre la duración de la rendición de cuentas. Olivencia exigía que éstas se realizaran anualmente, pues así lo exige la ley, mientras Pellón consideraba que al tratarse de empresas de duración limitada las cuentas podían ser plurianuales.

A la salida del juzgado, Olivencia, acompañado le su abogado Luis Martí Mingarro, decano del Colegio de Abogados de Madrid, aseguró que se sentía muy satisfecho y encantado de haber colaborado con la justicia.

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