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La Xunta consideró "en grave peligro" al niño asesinado en Figueres, pero aviso por correo

La madre y su compañero permanecen en la cárcel protegidos de los demás presos

La Conselleria de Familia, Muller e Xuventude de la Xunta de Galicia consideraba que la vida del niño Jonathan Pérez Domínguez se encontraba en grave peligro, pese a lo cual avisó a los servicios sociales del Ayuntamiento de Figueres por correo. La carta de advertencia tiene sello de salida del 23 de diciembre y no fue registrada como entrada en el Ayuntamiento de Figueres hasta el 5 de enero. El pequeño Jonathan ingresó en el hospital de Figueres el día 26 aquejado de epilepsia y el 28 murió asfixiado por su madre. Ésta se confesó luego autora de la muerte de otro hijo.

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"Toda vez que los motivos del desamparo son de tal gravedad que, de no proceder a la retirada del menor de la compañía de su madre, podría estar en grave peligro su vida, rogamos que se adopten las medidas adecuadas para su protección y retirada del domicilio de su madre y comipañero". Así de contundente es la expresión que utiliza en su carta la Xunta de Galicia. Pese a ello, los servicios de la Xunta no consideraron oportuno comunicar el riesgo por un medio más rápido, por ejemplo el fax o el teléfono, o avisar a la policía para que buscase al niño."Nos extrañó que una comunicación de este tipo llegara por correo. Si había peligro, como dice la carta, lo lógico hubiera sido avisar por fax o incluso llamar por teléfono", indicó ayer el concejal de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Figueres, Martí Sans. "Yo no digo que de haberlo hecho así hubiéramos podido evitar la tragedia. Cuando sucedió, nos extrañó que la Xunta dijera que nos había avisado. Finalmente llegó la carta, pero ocho días después de haber muerto el niño, con fecha de salida del día 23 y un matasellos borroso según el cual parece que pudo salir de Galicia el 29". "De ningún modo quiero culpabilizar a otra Administración, pero lo que sí quiero dejar claro es que nosotros no teníamos ninguna constancia del caso", concluye.

Problema de medicación

Un portavoz de la Conselleria de Familia de la Xunta ofreció ayer una versión menos grave del caso de lo que se desprende de la carta: "Nadie podía sospechar que sucediera lo que pasó. No estábamos ante un caso de malos tratos, los riesgos para el pequeño tampoco parecían urgentes: se trataba puramente de una madre que no administraba como debía unas gotas para la epilepsia", precisó.En la carta enviada al Ayuntamiento de Figueres se pone en su conocimiento que "el menor Jonathan Pérez Domínguez, tutelado por esta delegación provincial tras haber sido apreciado su desamparo, según informaciones recibidas en este servicio se encuentra residiendo en ese Ayuntamiento en compañía de su madre, Nieves Domínguez, y su compañero, José Expósito Ávila, al haber abandonado su domicilio en esta provincia tras recibir la resolución de tutela pública, por lo que ésta no pudo llegar a ejecutarse". La Xunta lamenta "no poder comunicar el domicilio concreto en el que reside". La carta está acompañadade una resolución motivada de tutela pública en la que se explican las razones para retirar de la custodia a la madre. Figura como primera causa "la negligencia reiterada en la administración del medicamento Depakine -anticonvulsionante- prescrito cada ocho horas de forma ininterrumpida", lo que sitúa "al menor en grave riesgo de padecer daño físico o enfermedad"

La luz de alarma se había encendido a finales de verano. Una comunicación del hospital Xeral de Vigo advertía de que el pequeño Jonathan no recibía la medicación prescrita. Según consta en el escrito recibido en Figueres, la madre había perdido la tutela del niño por primera vez en septiembre de 1994. aldescubrirse que había tomado barbitúricos Con el biberón. En diciembre se entregó la custodia a la abuela y en junio de 1995 el menor tuvo que ser de nuevo hospitalizado "a causa de las reiteradas faltas de responsabilidad y atenciones" y "la administración inadecuada de medicación, piojos y sarna". A pesar de este historial, la madre, considerada altamente inmadura, recuperó parcialmente la tutela del niño.

A estos antedecentes había que añadir, en el momento de la desaparición de la madre y el niño, que José, el hermano menor de Jonathan, de seis meses y también epiléptico, había muerto en circunstancias pococlaras. El diágnostico fue "muerte súbita". Los servicios sociales trataron de indagar, sin resultado, el paradero de Jonathan en el entorno familiar, hasta que el 22 de diciembre Manuela Rodríguez, la abuela del niño, indicó a una asistente social que no pasaría las Navidades en casa, sino en Figueres, con su hija. La actuación de la Xunta para recuperar al niño se limitó a enviar el día 23 la carta por correo.

La madre y su compañero se encuentran ahora en las prisiones de Girona y Figueres. La policía ha tenido que habilitar medidas de protección para evitar que sean agredidos por otros reclusos.

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