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Moscoso, vetado por tercera vez para regresar a la Fiscalía del Supremo

La ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, ha vetado al ex ministro socialista y actual vocal del Consejo del Poder Judicial, Javier Moscoso, para el cargo de fiscal del Tribunal Supremo, destino para el que había sido propuesto el pasado mes de julio por el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, con el respaldo del Consejo Fiscal. Con su veto, la ministra mantiene a Javier Moscoso, que fue fiscal general del Estado, como fiscal de los juzgados de Plaza de Castilla, destino al que fue relegado por el anterior fiscal, Juan Ortiz Úrculo.

En 1958, con 23 años, Moscoso se convirtió en el fiscal más joven que ingresaba en la carrera en España. Ahora después de haber sido catedrático de Derecho Penal, diputado en tres legislaturas, ministro de la Presidencia, de Administraciones Públicas, fiscal general del Estado durante cuatro años y vocal del Consejo General del Poder Judicial, cuando termine su mandato tendrá que regresar, en principio, a un puesto de fiscal de juzgado similar a aquél en que inició su andadura pública hace 40 años.Tras 20 años en la política, Moscoso pidió el reingreso en la carrera fiscal en noviembre del pasado año al terminársele la excedencia. A su reingreso tuvo que concursar, por lo que solicitó una vacante en el Tribunal Supremo, en el que ya había estado destinado. La plaza se la llevó Fernando Cotta, hijo del que fuera presidente de la Sala Segunda del Supremo, con menos antigüedad efectiva que Moscoso.

En diciembre del pasado año, Moscoso volvió a optar al Tribunal Supremo, pero por si, acaso pidió también una de las tres vacantes de la Fiscalía de Madrid. Esta vez también fue nombrado otro fiscal para el Supremo. Moscoso tuvo que conformarse con una de las vacantes para los juzgados de Plaza de Castilla.

El pasado 9 de julio, el Consejo Fiscal propuso a Moscoso para una nueva vacante en el Supremo. Cardenal respaldó la propuesta y la envió al Consejo de Ministros. Para sorpresa de los fiscales, cinco meses después, el pasado martes, el director general de Relaciones con la Administración de Justicia notificó el nombramiento de Antonio Vercher, al que Cardenal había propuesto para desempeñar el puesto mientras Moscoso finalizaba su mandato como vocal del Poder Judicial. Así, de reincorporarse Moscoso, Vercher quedaría adscrito al Supremo y sería destinado a una de las siguientes vacantes.

En el Consejo Fiscal del pasado martes, los vocales expresaron su protesta a Cardenal por el veto a Moscoso. Según fuentes fiscales, la propuesta debía haber sido resuelta, o en su caso, devuelta, por el Consejo de Ministros, no por la ministra de Justicia, y menos notificada por un director general.

Además, el rechazo se fundaba en el artículo 120 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, una norma que impide la promoción de los vocales del Poder Judicial, durante su mandato, a la categoría de Magistrado del Tribunal Supremo. Este no es el caso de Moscoso, ya que no concursa al cargo de "magistrado" sino de fiscal, y ni siquiera ese destino le supone un ascenso de categoría dentro de la carrera.

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Cardenal trató de justificar la actitud del Gobierno en que tal vez éste quisiese evitar la cobertura transitoria de cargos. Sin embargo, las fuentes consultadas señalaron que esa situación es habitual cuando un funcionario se encuentra en situación de servicios especiales, como es el caso de Moscoso.

La Unión Progresista de Fiscales atribuyó ayer a "posiciones ideológicas sectarias" el veto de la ministra y criticó "el silencio cómplice" y la "pasividad" de Cardenal ante "el desprecio ministerial" a su propuesta. La UPF consideró "incomprensible" la decisión, "dada la categoría profesional del candidato".

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