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El asesino de Beatriz Agredano se llevó su ropa y un zapato

Jan Martínez Ahrens

El interrogante abierto la noche del 27 de noviembre de 1996 en un descampado de Vicálvaro sigue sin cerrarse. Esa noche, la intérprete de inglés Beatriz Agredano, de 21 años, fue salvajemente asesinada cuando regresaba a casa del trabajo. Su cadáver, descubierto a la mañana siguiente en un descampado de Santa Eugenia, presentaba un fuerte golpe en la base del cráneo y signos de un intento de estrangulación. Su ropa interior estaba bajada. Un año después de este brutal crimen, el culpable sigue suelto, y la policía, pese a mantener en marcha una intensa investigación, no ha conseguido resolver el caso. Pero las pesquisas han destapado algunas sorpresas, por ejemplo, que el asesino huyó con parte de la ropa de su víctima (un zapato, una cazadora negra, un jersey gris y un bolso con dinero y una agenda).

Este dato ha llevado a los investigadores a pensar que la joven pudo ser atacada dentro del coche del asesino. Así, según esta hipótesis, el criminal, tras intentar desnudarla en el vehículo, paró en el descampado, un lugar oscuro y poco visitado, y allí, con una piedra, acabó con la vida de la joven. Posteriormente, al huir del lugar, el homicida se llevó las prendas en su vehículo. PASA A LA PÁGINA 3

"No olvidamos"

Vicálvaro sale hoy a la calle en recuerdo de la joven asesinada

"En todo momento hemos ayudado a los padres. No perdemos la esperanza, pero pedimos la colaboración ciudadana en este caso", señaló ayer el delegado del Gobierno en Madrid, Pedro Núñez Morgades.El padre de Beatriz se mostró satisfecho con el trato recibido por parte de la policía. "Es un caso muy difícil, no lo voy a negar, pero tampoco hemos de olvidarnos de que un asesino anda suelto y que puede matar a otras mujeres", dijo el padre de la víctima, para, acto seguido, confesar: "Esto, de todos modos, no lo vamos a superar".

El padre de Beatriz maneja una tercera hipótesis del caso. Para él, su hija sí que llegó a Vicálvaro. Bajó del tren y se dirigió hacia el pub en el que le esperaban unas amigas. En su camino, pasó por una carretera que en fila hasta la fábrica de cemento de Valderrivas. Allí, posiblemente, fue raptada y conducida en coche hasta el descampado de Santa Eugenia, por un camino de tierra de unos 1.500 metros. Durante el trayecto, el asesino intentó violarla, de ahí que el cadáver fuese encontrado sin ropa. No lo consiguió (la autopsia certifica que no hubo violación), la hizo bajar y la mató con una piedra. "Todo es una suposición, por ello pido que si alguien ha visto algo, por favor, que colabore", concluyó el padre.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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