La propiedad de la tierra enfrenta al presidente ruso con la Duma
Deseoso de acabar con los últimos vestigios del comunismo, Yeltsin pidió ayer en el Consejo de la Federación que se eliminen las restricciones a la privatización de la tierra. Sin embargo, apenas una hora más tarde, la Duma, la otra cámara del Parlamento, se saltaba su veto en una controvertida votación y hacía valer su versión de una ley que hace casi imposible que las tierras agrícolas pasen a manos privadas.Yeltsin intenta legalizar la compra y venta de la tierra, de propiedad totalmente estatal tras la colectivización salvaje impuesta por Stalin en los años treinta. Con la desaparición de la URSS, en 1991, hubo una privatización nominal de la mayor parte de la tierra, con fuertes limitaciones a los propietarios que el presidente quiere ahora eliminar. La versión de la ley que pretende imponer la Duma impide vender o hipotecar explotaciones agrícolas, y sólo da vía libre a la compra venta de dachas, las pequeñas (incluso minúsculas) fincas familiares.
Los diputados se pronunciaron ayer contra el veto de Yeltsin con 304 votos frente a 52. Hacían falta 300 sufragios, dos tercios de los miembros de la Cámara. El representante del presidente en el Parlamento, Alexandr Kotionkov, sostiene que sólo estában presentes 184 diputados, muchos de los cuales votaron por compañeros ausentes.
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