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UN POLÉMICO TEMPLO PARA EL TEATRO CATALÁN

Críticas, recelo y medidas de control

Jacinto Antón

Paradójicamente, la creación de esa enorme herramienta teatral consagrada a potenciar el teatro catalán que es el TNC es vista con enormes reticencias por la misma profesión y sobre todo por el boyante sector privado. Compañías tan emblemáticas como Joglars, Dagoll Dagom, La Cubana y el Teatre Lliure (que construye su propio nuevo teatro) se han mostrado enormemente críticas con el TNC. Incluso Comediants, a pesar de estar programados en la primera temporada, han marcado distancias con el proyecto.Básicamente se critica del TNC su enorme coste de construcción y de funcionamiento (unos 1.500 millones de pesetas anuales), y el hecho de que se haya concebido y construido de espaldas a la profesión -como fruto de una decisión política- y en función de los criterios artísticos de una única persona, Flotats. Se teme que la puesta en marcha del TNC cree un grave desequilibrio en el panorama teatral catalán, que atraviesa un momento de espectacular crecimiento. El teatro privado y las compañías más conocidas, agrupadas en la asociación Ciatre, han sostenido a lo largo de este año un duro pulso con, la Generalitat en busca de garantías que les amparen de la posible "competencia desleal" del TNC. En buena parte han ganado ese pulso y el consejero de Cultura, Joan Maria Pujals, ha creado este verano una serie de mecanismos de control, como la imposición de cuotas (las compañías privadas ocuparán el 35% de la programación) y la constitución de una mesa de coordinación teatral en la que estará representado todo el sector y que conocerá los proyectos y presupuestos, del TNC con antelación. Asimismo, se despoja al TNC de compañía estable, un elemento que Flotats considera imprescindible.

Conflicto

Esta iniciativa de Pujals, que recorta las atribuciones y el margen de maniobra de Flotats, no responde sólo a la presión del teatro privado, sino que viene a culminar un largo y más o menos larvado conflicto que enfrentaba al Departamento de Cultura, del que depende nominalmente el TNC, con Flotats, cuya autonomía ha ido en la práctica más allá de la autoridad del consejero en virtud de las relaciones personales que el actor y director mantiene con Pujol y su círculo.

Flotats ha tenido diversos enfrentamientos sonados con Cultura, sobre todo en la etapa en que dirigió el teatro Poliorama, embrión del TNC, y. ahora ha reaccionado con ira, aunque obligado a guardar las formas dado lo inminente de la inauguración, ante las imposiciones del consejero. Flotats considera que esas nuevas normas hipotecan la independencia del TNC y merman su capacidad competitiva. En algunos medios teatrales se considera que el súbito control a que Cultura ha sometido a Flotats responde al miedo de Pujol a que el sector privado pudiera movilizarse públicamente contra el TNC, lo que amenazaría la solemnne apertura del mismo.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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