Waigel insiste en que habrá un cambio de Gobierno tras hablar por teléfono con KohI
El ministro federal de Hacienda, el socialcristiano bávaro Theo Waigel (CSU), está convencido de que el canciller federal alemán, el democristiano Helmut Kohl (CDU), no decepcionará sus expectativas de un cambio de Gabinete. Así lo ha declarado Waigel al semanario Focus, en la edición que aparece mañana, durante una entrevista que se llevó a cabo después de la conversación telefónica que mantuvo con Helmut Kohl el pasado jueves.
Siguen a toda máquina las especulaciones en torno a la renovación ministerial en Bonn, a pesar de los desmentidos del secretario general de la CDU, Peter Hintze, quien considera el debate sobre puestos "absolutamente superfluo". El propio Waigel, quien desencadenó la crisis al recomendar a Kohl los cambios en el Gobierno y manifestarse hastiado de su cargo, ha pasado de nuevo a la ofensiva con su entrevista en Focus e insiste en la reforma.No parecen hacer mella en Waigel los palos recibidos a diestro y siniestro, del socio de coalición, los liberales (FDP), pero también desde el partido hermano, los democristianos, e incluso cierto retintín en sus propias huestes bávaras. Declara Waigel al semanario que en la conversación telefónica con Kohl los dos trataron con amplitud todos estos temas "y los solucionaremos de mutuo acuerdo". No quiso dar detalles de su entrevista telefónica con el canciller, pero se mostró seguro de que Kohl no decepcionará sus expectativas de una reorganización del Gabinete.
Al mismo tiempo, el ministro de Hacienda aprovecha la ocasión para lanzar una advertencia al socio minoritario, el FDP. Según Waigel, el FDP se suicidaría, "sería una muerte segura, si no se pronuncia de forma clara por una coalición a favor de la Unión [CDU/CSU]. Caería con seguridad por debajo del 5% y eso sería el fin del FDP". En las filas de los liberales empiezan a levantarse las voces de quienes proponen dejar abierta la cuestión de la coalición, hasta poco antes las elecciones de septiembre de 1998, e incluso alguno que otro insinúa la posibilidad de un cambio de pareja.
La crisis de Gobierno se considera poco menos que inevitable, por mucho que a Kohl le repugne la idea.
La 'bisagra' liberal
Los liberales (FDP), socio minoritario de la coalición de centro-derecha, que gobierna desde hace 15 años en Bonn, tratan la crisis del Gabinete como si la cosa no fuese con ellos y se aferran a sus tres carteras (Exteriores, Economía y Justicia) con el argumento de que así se fijó en los acuerdos de coalición.Este partido bisagra, el FDP, es el trampolín ideal para hacer carrera política y pescar un puesto en el Ejecutivo en Alemania. Circula por Bonn un chiste que dice: "Los democristianos (CDU) se saludan con un '¡buenos días Herr Müller!', los socialdemócratas (SPD) con un '¡hola compañero!', y los liberales con un '¿cómo le va señor secretario de Estado?'. El FDP es una máquina perfecta para proporcionar puestos a sus afiliados y sacar tajada a su clientela política.
De hecho, como constataba ayer en un comentario editorial el Frankfurter Allgemeine, la Constitución alemana sólo funciona sobre el papel a a hora de establecer quién lleva la batuta. El artículo 65 dice: "El canciller federal fija las directrices de la política y asume la responsabilidad de las mismas". En realidad, la aritmética parlamentaria, el papel de bisagra del FDP, impide a Kohl satisfacer los deseos de su amigo Waigel y darle una jubilación decente y adecuada en Exteriores, feudo tradicional de los liberales.
El FDP se niega a que le toquen sus ministerios. En plena crisis, los liberales amonestan a Waigel para que se comporte como es debido. Muchos se lamentan de que "el sainete veraniego ha degenerado ya en culebrón", y temen que al final, se dañe la coalición y, por consiguiente, sus prebendas.
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