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La oposición apoya a Waigel para reducir la cuota

Gerhard Schroeder, el dirigente de la oposición alemana socialdemócrata (SPD), expresó ayer su apoyó explícito a la reivindicación del ministro de Economía, Theo Waigel, sobre la reducción de la. contribución de Bonn a los presupuestos de la Unión Europea."Es verdad que pagamos mucho y recibimos muy poco [de la UE] y cada marco que se reste me parecerá sencillamente de justicia", declaró Schroeder a la cadena de televisión N-TV.Schroeder es el can i ato mejor colocado en estos momentos para sustituir al actual canciller, Helmut Kohl, en las elecciones previstas para septiembre de 1998.

Waigel realizó unas polémicas declaraciones el pasado 26 de julio en las que anunciaba su intención de reducir las contribuciones netas de su país (lo que da a la UE repecto a lo que recibe) a un 0,4% del producto nacional bruto (PNB), con lo que Alemania se podría ahorrar, según Waigel, hasta 7.000 millones de marcos (unos 591.500 millones de pesetas).

Waigel amenazó con bloquear las próximas conversaciones sobre fondos estructurales si no conseguía su propósito, lo que provocó inmediatas reacciones por parte de la Comisión y del resto de los miembros.

El problema del paro

También ayer, el economista jefe del banco central alemán, Bundesbank, Otmar Issing, estimó que la unión económica y monetaria (UEM) no aliviará el problema del paro en la Unión Europea y que asegurar lo contrario sería peligroso para el proyecto del euro.

"Expandir la esperanza de que la unión monetaria aliviará considerablemente el problema del desempleo, que afecta a 18 millones de europeos, es hacer pesar falsas promesas en el inicio de la UEM", afirma Issing en una columna del diario Handesblatt.

Para este economista, la UEM podrá contribuir a mejorar las condiciones del mercado del trabajo y del crecimiento en el seno de la zona europea sólo a largo plazo.

Los miembros de la UE deberán reformar profundamente su, mercado de trabajo haciéndolo más flexible y equilibrando los salarios entre los diferentes países europeos "es decir, que los salarios reales deberán bajar en algunos casos".

Y agrega que espera que los miembros de la UE reconozcan este peligro, si no la unión monetaria podría, algunos años después de su inicio, entrar en una fase crítica que pondría en juego su existencia misma. Issing afirma que "nuestra propia y dolorosa experiencia nos ha enseñado que los problemas del paro, que registramos actualmente, no pueden ser resueltos mediante programas para el empleo".

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