_
_
_
_
_

Una gran paz en pobres manos

Como ocurre a menudo, no se habla de paz en Oriente Próximo más que cuando acaba de recibir un buen golpe en la cabeza. Cada nuevo crimen, por los extremistas de un lado o de otro, provoca una reacción de vértigo y el abismo parece próximo. Después, lo peor no se ha producido y todo vuelve a la normalidad; es decir, al estancamiento hasta la nueva explosión. (...) Ese estancamiento es un poco más profundo cada vez y las explosiones que le acompañan están condenadas a perpetuarse e incluso a endurecerse. (...) Algunos de los tres principales actores de este teatro (...) no parecen querer cambiar verdaderamente de registro.El Gobierno israelí lleva a cabo una política agresiva y arrogante de colonización (...) que no puede más que provocar humillación a las poblaciones palestinas y, por tanto, revueltas.

La Autoridad Palestina no alcanza a controlar a sus propios extremistas. (...)

En cuanto a Clinton, que ha heredado el proceso de paz de su predecesor, no desea más que una cosa: que no le molesten con esta historia en la que su partido tiene mucho que perder y poco que ganar. (...)

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Las responsabilidades son compartidas, pero no son iguales. Arafat tiene la excusa de su impotencia; Netanyahu, la de su belicismo. (...) Clinton lleva la carga más pesada en una situación (...) que pone en peligro, simplemente, la paz mundial.

31 de julio

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_