Una gran paz en pobres manos
Como ocurre a menudo, no se habla de paz en Oriente Próximo más que cuando acaba de recibir un buen golpe en la cabeza. Cada nuevo crimen, por los extremistas de un lado o de otro, provoca una reacción de vértigo y el abismo parece próximo. Después, lo peor no se ha producido y todo vuelve a la normalidad; es decir, al estancamiento hasta la nueva explosión. (...) Ese estancamiento es un poco más profundo cada vez y las explosiones que le acompañan están condenadas a perpetuarse e incluso a endurecerse. (...) Algunos de los tres principales actores de este teatro (...) no parecen querer cambiar verdaderamente de registro.El Gobierno israelí lleva a cabo una política agresiva y arrogante de colonización (...) que no puede más que provocar humillación a las poblaciones palestinas y, por tanto, revueltas.
La Autoridad Palestina no alcanza a controlar a sus propios extremistas. (...)
En cuanto a Clinton, que ha heredado el proceso de paz de su predecesor, no desea más que una cosa: que no le molesten con esta historia en la que su partido tiene mucho que perder y poco que ganar. (...)
Las responsabilidades son compartidas, pero no son iguales. Arafat tiene la excusa de su impotencia; Netanyahu, la de su belicismo. (...) Clinton lleva la carga más pesada en una situación (...) que pone en peligro, simplemente, la paz mundial.
31 de julio