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Tribuna:LA UNIDAD DE LOS PROGRESISTAS
Tribuna
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Una oportunidad a la Izquierda

Para el autor, las listas conjuntas no son el único principío de unidad de la izquierda y, defiende la gestión conjunta

Cuando Joaquín Almunia, nuevo secretario general, lanzó en el pasado 34º Congreso del PSOE la oferta de diálogo a las fuerzas progresistas, estaba refrendando, y sobre todo ampliando a otros, lo que desde hace varios años las izquierdas llevamos haciendo de una u otra manera, sobre todo en política local. Sus palabras abrían el viejo, debate de la unidad de la izquierda. Un debate -y valla la ironía- que ha servido para mantener más que para cerrar las heridas abiertas hace tantos años en la izquierda.Bueno es que el secretario general del PSOE quiera abordar el problema. Y que este partido en el que milito reconozca que nadie puede arrogarse la exclusividad de unos valores tan universales como son los de la izquierda. Porque es verdad que no hay una sola izquierda. La izquierda es, plural. Con elementos que unen y con elementos que separan. Se trata de identificar unos y otros, no para convencernos mutuamente, sino para, desde el respeto mutuo, ver desde dónde es posible caminar juntos.

No es malo recordar que, en el caso concreto de Madrid, desde 1979 los socialistas hemos ofrecido participar en el gobierno municipal a las fuerzas de izquierda, incluso cuando, con mayoría absoluta, el PSOE podía gobernar en solitario. Fue una rica colaboración que duró hasta 1986 y cuyo final, sus causas y sus consecuencias serían, seguramente, objeto de otro artículo.

Las izquierdas tienen en Madrid y con Madrid una cuenta pendiente: recuperarlo. Recuperar Madrid para un gobierno que, al contrario del actual de la derecha, devuelva a los ciudadanos el carácter tolerante, libre y abierto que ha caracterizado siempre a nuestra capital. Y ésta no es una tarea sólo de los partidos, sino de todos los sectores progresistas. Joaquín Almunia, aunque citó a Izquierda Unida, habló en su oferta de todas las fuerzas progresistas. Me parece un acierto que se amplíe a sectores y organizaciones de cualquier índole que, a veces con más acierto y generosidad que los partidos políticos, han llevado a la práctica esa unidad que reclama ahora el secretario general socialista.

En 1994 proponíamos desde el Grupo Municipal Socialista abrir un gran debate sobre Madrid, llegar a lo que entonces llamamos un Acuerdo para el Progreso de Madrid. Y, precisamente, nuestra convocatoria iba dirigida a "todos los sectores ciudadanos, a todos los madrileños". Desde entonces, y siempre que hemos tenido ocasión, desde nuestro grupo hemos insistido en esa idea, convencidos de que sólo la unidad de la, izquierda en su sentido más amplio podría recuperar la ciudad.

Posiblemente la unidad de la izquierda haya de pasar primero por el despertar de los partidos, por el acercamiento de los partidos a los problemas reales de la sociedad. Los partidos políticos están sufriendo una profunda crisis. No hemos sido capaces de entusiasmar a los ciudadanos en nuestros proyectos y, como fruto de nuestros propios errores, hemos ofrecido una imagen terrible, casi una caricatura, de lo que son y para qué sirven los partidos políticos. Recuperar unas organizaciones fuertes, conectadas con la realidad social, en el ámbito de la izquierda social y política, debería ser una decidida respuesta para alcanzar, un Acuerdo para el Progreso.

No hace mucho leía unas declaraciones de un dirigente de IU que decía que la unidad de las izquierdas, sobre todo en Madrid, no tenía por qué venir por. la elaboración de listas electorales conjuntas. Estoy completamente de acuerdo. En nuestra, región la izquierda socialista y la izquierda nucleada en torno a Izquierda Unida tienen características muy distintas. Más que en otros sitios, ambas izquierdas tienen sus propios elementos diferenciadores, y, en ocasiones, antagónicos. No se trata, pues, de ir hacia posiciones que pongan al descubierto nuestras propias contradicciones irreconciliables. Se trata más bien de buscar los elementos comunes que nos permitan, como en el pasado, colaborar y hasta gobernar juntos. ¿Y es necesario para ello concurrir en la misma candidatura? Todo tiene sus matices.

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La elaboración de listas conjuntas no puede ser el único principio de unidad ni la única alternativa política. Las candidaturas conjuntas suponen en ocasiones una falta de respeto hacia la voluntad y los deseos de los votantes y militantes. Y en otras vienen a significar la pérdida de identidad de cada organización. Lo que, tras un proceso electoral se puede admitir sin problemas -la cogobernación, por ejemplo- es mucho, más difícil de asumir en plena refriega electoral. Decía líneas atrás que las candidaturas conjuntas o separadas no son los únicos elementos de la unidad. Seguramente se demuestra más esa voluntad de unión en respeto al adversario a sus ideas, en un proceso electoral limpio, libre de descalificaciones y de insultos.

La unidad de la izquierda puede darse sobre todo en la gestión. En la gestión y en la oposición. Y así se está dando en muchos lugares. Ayuntamientos en los que se gobierna en coalición, o se gobierna con una fiel y leal oposición de izquierdas. Pero en todo hay excepciones. O, dicho de otra manera, igual que la candidatura única no es el único elemento de unidad, la coalición electoral no siempre ha de ser rechazable. Cada caso es único. En Galicia se ha llegado a un acuerdo entre socialistas e Izquierda Unida para concurrir juntos a los comicios gallegos. Y en las últimas elecciones municipales se han registradados fenómenos: desacuerdos iniciales, a pesar de la oferta de pacto del PSOE en ayuntamientos y comunidades, que han dado como resultado gobiernos minoritarios del PP, y otro, acuerdos poselectorales que han permitido que en numerosos pueblos esté gobernando la izquieda. Las elecciones al Senado siempre me han parecido un buen ejemplo dé cómo se pueden elaborar. listas conjuntas respetando a la vez el derecho de los electores a votar libremente sus candidatos y la propia identidad de cada fuerza política.

En cualquier caso, bienvenida sea la oferta del nuevo secretario general. Aunque sólo sea para de mostrar que los deseos de unidad son sinceros, que sus caminos so muchos y que se Puede ir a la unidad cada uno por su lado.

Juan Barranco es portavoz municipal del PSOE.

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