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Tribuna
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Más Europa

Una bronca de madrugada -cuando el presidente Aznar clamó "cualquier solución yo no acepto"- ha servido de bote de humo para escamotear los acuerdos adoptados por el Consejo Europeo de Amsterdam. Restablecida la visibilidad y apagado el eco ruidoso de las justificaciones intentadas por cada uno de los jefes de Gobierno de regreso a casa, procede atender a los primeros análisis contrastados. Antes debe reconocerse que gran parte de esta confusión se origina por la inexistencia de medios de comunicación social que puedan llamarse europeos en el pleno alcance del término; es (decir, que tengan un Índice de Audiencia Eficaz (IAE) dentro del conjunto territorial de la UE., En realidad, las únicas excepciones a esta carencia son norte americanas. En prensa escrita, el International Herald Tribune, y en televisión, la CNN. El Herald, ajeno a cualquier coloración local, aborda los asuntos bajo una determinada perspectiva europea: la que corresponde a Washington. Y la CNN, en esa misma línea, se preocupa de mantener puntualmente informados a todos los ciudadanos de la UE cualquiera que sea el lugar donde se produzca la entrada en erupción de un volcán noticioso, claro que siempre dando a la narración ese sabor americano que aquí tanto se aprecia. Retumba la cantinela del déficit democrático, pero tiene mucho más calado real el déficit mediático de Europa.Los resultados de Amsterdam han sido evaluados el pasado viernes por algunos- de los participantes -como el presidente del Europarlamento, José María Gil Robles, o los representantes permanentes de España y Bélgica ante la UE, embajadores Javier Elorza y Philippe de Schoutheete- convocados por la Fundación Carlos, de Amberes en una de sus jornadas dedicadas a la negociación del nuevo Tratado ¿le la UE. El coloquio permitió superar los pesimismos primarios y advertir que se han salvado los poderes de la Comisión, en especial su derecho exclusivo de propuesta al Consejo, y que se han reforzado los poderes del Parlamento con la investidura del presidente del Colegio de Comisarios. Por supuesto, quedaron también claras las diferencias en tomo al peso que cada uno de los Estados quiere preservar en la ponderación de votos y el número de comisarios y las distintas urgencias que cada uno atribuye a la primera ampliación pendiente. Son acuerdos de derecho y el Derecho, como explican Manuel Ballbé y Carlos Padrós en su, reciente libro Estado competitivo y armonización europea, no se limita a establecer unos objetivos de ordenación social, sino que determina una elección de los instrumentos adecuados para alcanzarlos, de los que surgen unos determinados valores, de forma que los procedimientos vertebran el sistema y prefiguran los resultados a obtener. Lo que demuestran los dos profesores citados en su trabajo -que debiera ser de obligada reflexión para la cúpula de los partidos políticos españoles- es que la armonización jurídica en Europa se puede llevar a cabo por dos vías diferentes: mediante una regularización centralizada o mediante una competencia entre legislaciones estatales.

Así que, por ejemplo, la cometitividad de las empresas de un país depende cada vez más no sólo de la calidad de su fuerza de trabajo, sino también de la calidad de las instituciones y del derecho nacionales. Llegados aquí, los españoles de hoy nos encontramos con el perjuicio que al país en su conjunto le producen situaciones como las planteadas con la ley de la televisión digital y la ley del fútbol, como materia de interés general con sus derivadas procesales en el caso Sogecable. Es lo que la oposición socialista llama ruptura de las reglas del juego, nacida de una actitud sembradora de odios en las antípodas de la concordia por la que transitamos desde la dictadura a la democracia. Mientras, sigue el cruce de cartas desde el PSOE a IU sin que sea previsible que Julio Anguita despierte al reconocimiento de la realidad ni siquiera con lecturas tan recomendables corno el ensayo Le passé d`une illusion, de François Furet. El buen comunista que es Anguita hace de la historia su alimento cotidiano y procede a integrar todo lo que sucede en el interior de sus creencias. Flor eso resulta inexpugnable en la otra orilla. Ya nos advirtió Proust sobre las convicciones que crean evidencias. Instalado en ellas, vive la soledad como un alivio.

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