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Tribuna:EL CONVENIO DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID
Tribuna
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El acuerdo necesario

SIGFRIDO HERRÁEZ RODRÍGUEZEl autor repasa el estado en que se encuentran las negociaciones del convenio de los trabajadores del Ayuntamiento de Madrid y resalta que hay un elevado grado de consenso

En estas semanas, el gobierno municipal se encuentra negociando con los sindicatos representativos la revisión del convenio que regula las condiciones de los trabajadores en el Ayuntamiento de Madrid. Si bien las primeras reacciones por parte de CC OO y UGT pudieran proyectar una imagen de desacuerdo general, el análisis de las propuestas supuestamente enfrentadas arroja un elevado grado de consenso. No podía ser de otra forma cuando el influjo de un pacto nacional entre las centrales y el Gobierno parece invitar a quienes tenemos el deber de defender los derechos de los trabajadores y ciudadanos a trasladar a la Administración local un entendimiento tan relevante. Trataré de justificar este análisis a continuación.. Con respecto al fomento del empleo, los sindicatos CC OO y UGT plantearon 12 propuestas y una oferta de empleo para 1997. El Ayuntamiento se ha mostrado de acuerdo, salvo matices que no afectan al corazón de la cuestión, con 10 de las primeras. Una de las que consideró inasumible, referente a la jubilación, es incompatible con la legalidad vigente. En cuanto a la oferta de empleo propuesta, el Ayuntamiento de Madrid ni puede ni debe anular la Oferta de Empleo Público, que responde a las necesidades reales de la corporación. Si los sindicatos se dejan llevar por la tentación de sacar provecho político de la oposición por la oposición, será su credibilidad sindical quien termine pagando la debida factura. El Ayuntamiento considera el empleo un asunto demasiado importante como para hacer de él mercancía política; por eso, ha aumentado las exigencias sindicales con una oferta de empleo para 1998 que asegura la creación de 400 nuevos puestos de empleo que a su contribución a la lucha contra el paro unirán la mejor respuesta a las necesidades de un municipio que no quiere polémicas, sino servicios, que no busca lucimientos, sino eficacia.

En aspectos como la acción social o la salud laboral, el nivel de acuerdo es aún mayor. Lo es en el cien por cien de las propuestas de salud laboral, y en el caso de la acción social el Ayuntamiento ha completado las peticiones sindicales con el compromiso de aumentar en 70 millones de pesetas el presupuesto de 1998 para que sus trabajadores puedan contar con una póliza de seguro de vida y accidentes que supone la ampliación de las coberturas existentes en cuanto a gran invalidez e invalidez total para su profesión habitual.

Tanto en formación -donde se aumentará el presupuesto en un 5%- como en lo referente a la elaboración de un catálogo de puestos de trabajo -actualmente en proceso-, no parece justificada ninguna discrepancia. Concretamente, el Ayuntamiento coincide, y así lo ha demostrado, en la necesidad de poner en marcha la escuela de formación, llamada a canalizar las actividades formativas de los trabajadores municipales. Lo que parece haber provocado más rechazo es el hecho de que el Ayuntamiento no haya aceptado consolidar una cantidad para los funcionarios en concepto de complemento de productividad por no haberse aprobado aún el citado catálogo, que se mantiene para el presente año y mientras no se apruebe el citado catálogo y la relación de puestos . de trabajo. En ese momento se procederá a una actualización de este concepto para cada trabajador, reajustando su situación retributiva con más fundamento que el de una nivelación general indiscriminada.

En definitiva, las pocas propuestas que el Ayuntamiento no ha aceptado incidían en cuestiones políticas y no laborales. El equipo de gobierno no puede declinar su compromiso con los madrileños, y concretamente con los 945.419 ciudadanos que le encomendaron esta responsabilidad hace dos años. Y es a la responsabilidad a la que quiero apelar. Por parte del Ayuntamiento, porque, tal como escribió John Locke hace tres siglos, quien tiene encomendada esta responsabilidad "se encuentra en el deber de gobernar mediante normas firmes y constituidas, promulgadas y reconocidas por el pueblo. No debe hacerlo", añade Locke, "por decretos intempestivos". Y no debe hacerlo -añadiría yo- por presiones, intereses y oportunismos.

Precisamente por compartir la creencia en que "existe una concepción de la modernidad asumida plenamente por el sindicalismo y que existen objetivos de trabajo y de lucha que merecen la movilización social", como expresó Nicolás Redondo hace una década, creo también que los sindicatos "deben buscar la satisfacción de las necesidades concretas de los trabajadores ( ... ) sin olvidar nunca la situación del conjunto de los trabajadores, empleados o no", en palabras de José María Aznar. El acuerdo alcanzado por el Gobierno que éste preside es una muestra de la vigencia de tal planteamiento. Es mi esperanza que su espíritu encuentre acomodo en el Ayuntamiento de Madrid, con el esfuerzo común del diálogo en una negociación que sigue abierta.

Sigfrido Herráez Rodríguez es concejal delegado del Área de Régimen Interior y Personal, y concejal de Vivienda del Ayuntamiento de Madrid.

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