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12 artistas portugueses y españoles entablan un 'diálogo visual' en el Retiro madrileño

Una exposición recoge la evolución paralela del arte 'en la piel de toro'

El Museo Nacional Reina Sofía presentó ayer, en las salas del palacio de Velázquez, en el Retiro de Madrid, la exposición colectiva En la piel de toro, con 12 artistas portugueses y españoles que establecen un diálogo visual con piezas de los años ochenta y noventa. En opinión de la comisaria, Aurora García, se propone "una suma de individualidades representativas dentro dela variedad de posiciones y lenguajes actuales que entroncan con el sustrato artístico cultural de los dos países". La muestra permanecerá abierta al público hasta el 8 de septiembre.

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La modernización artística

El montaje dirigido por Aurora García recorre los amplios espacios del palacio de Velázquez con la colocación en el espacio central de tres grandes esculturas de hierro de Susana Solano (Barcelona, 1946) y una instalación de Pedro Cabrita Reís (Lisboa, 1956), titulada Sistema de constelaciones, Atlas Coelestis IV, de 1994, construida con madera, platex, franela, yute, vidrio y tubo de goma.En otros ámbitos se agrupan las aportaciones de los artistas, en una secuencia que incluyen las piezas de Juan Muñoz (Madrid, 1953), las instalaciones fotográficas de Daniel Canogar (Madrid, 1964), las fotografías de Daniel Blaufúks (Lisboa, 1963), las pinturas de Juan Uslé (Santander, 1954), las esculturas de pared de Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956), las fotografías en azul de Jorge Molder (Lisboa, 1947), las series de Curro González (Sevilla, 1960), las telas de Juliao Sarmento (Lisboa, 1948), las piezas de hierro de Rui Chafes (Lisboa, 1966) y los óleos de Júlia Ventura (Lisboa, 1952). Los artistas contrastan sus propias obras de los comienzos de los ochenta y las más recientes, incluso realizadas para esta muestra.Renovadores

La geografía de la exposición abarca España y Portugal pero, según la comisaria, Aurora García, "abarca otras mil en la imaginación, las experiencias y las aspiraciones de los artistas de ambos países que la componen". Con esta muestra, patrocinada por el Instituto de Arte Contemporánea de Lisboa, se pretende hacer posible un clima que invite a reflexionar sobre lo que ha ocurrido en el panorama del arte peninsular en los últimos 15 años.

La presencia conjunta de seis artistas portugueses y seis españoles indica "la evolución en cierto modo paralela dentro

del lenguaje de las artes durante las dos últimas décadas. Los dos países tuvieron una eclosión de manifestaciones artísticas que pugnaban por unos contextos renovadores en sintonía con la producción internacional, intentando romper el aislamiento y la limitación de unos modos de ver prioritariamente internos".

La comisaria considera que el título de la exposición, En la piel de toro, "es sólo una expresión de signo metafórico alusiva a la configuración geográfica de dos países vecinos, y no contiene ningún propósito de demarcación, de cierre, en el sentido de topografía cultural ensimismada, sino más bien al contrario, tendría que entenderse como una plataforma de contacto y diálogo con el amplio entorno en el que se mueve y del que se alimenta esa transgresora dimensión de la cultura que es el arte".

En el texto del catálogo también sitúa las relaciones políticas y artísticas entre los dos países. "Portugal y España constituyen, por su forma reunida, esa piel de toro que, tras muchos años de ensimismamiento y estrechez de miras en lo que a sus situaciones políticas se refiere, ha ido abriéndose progresivamente al mundo con sus todavía nuevos sistemas democráticos, coincidiendo, con muy poca diferencia, uno y otro país en las fechas iniciales de dicha apertura". La revolución de los claveles es de 1974 mientras que España inicia en 1976 la transición democrática.

Voces individuales

En opinión de Aurora García, el arte actual ha abandonado los movimientos y tendencias que se han ido formando en las dos últimas décadas y en su lugar aparecen con fuerza "las voces individuales y heterogéneas". "Ahora mismo apenas quedan enfoques programáticos de grupo por parte de los artistas, que actúan de cara a la vida y a lo real sin esa cobertura de planteamiento plural que tantos beneficios reportó a algunos, cuya obra no se habría sostenido mucho tiempo por sí sola en el candelero. Lo que podemos ver En la piel de toro respira esos aires y en eso consiste 41 el milagro del tiempo común", en la variedad de respuestas, o mejor de preguntas, ante la complejidad de un mundo observado, simultáneamente por muchos ojos".

Los nombres que forman la muestra son, al mismo tiempo, un modo de entender las relaciones que ha ido estableciendo el lenguaje de las artes plásticas, donde conviven en el mismo espacio la pintura, la fotografía, la escultura y la instalación.

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