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Los japoneses abren el año fiscal con un presupuesto de 88 billones de pesetas

Japón hizo ayer borrón y cuenta nueva al estrenar el año fiscal 1997, con el valor añadido de ser, según palabras del propio primer ministro, Ryutaro Hashimoto, el primer año del Japón del siglo XXI. El alza del impuesto sobre el consumo del 3% al 5% y la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales fueron las dos principales novedades, bajo el telón de fondo de una macrorreforma que en la próxima década revisara desde la actividad financiera hasta la política monetaria, pasando por la administración pública o las regulaciones que bloquean las importaciones.El encarecimiento del nivel de vida japonés, ya el más alto del mundo, enfriará el consumo y forzará al país a cerrar este año fiscal, que ayer comenzó con un raquítico crecimiento del producto interior bruto, señalan los analistas económicos. Hashimoto replica con cifras en la mano: un déficit público cercano al 5% del PIB y una deuda que roza el ciento por ciento del PIB anual hacen imprescindible una mayor recaudación. Las previsiones públicas y privadas sobre los ingresos que permitirá este alza fiscal no coinciden, y oscilan entre los cinco y los siete billones de yenes (entre,5 y 7,7 billones de pesetas).

Esta suma ayudará a cuadrar las cuentas del Estado, que estrenó ayer unos presupuestos de 77,3 billones de yenes (casi 88 billones de pesetas). El presupuesto español se acerca a los 30 billones de pesetas. El Tesoro emitirá en 1997 deuda pública por valor de 16,7 billoes de yenes, cifra recortada con ánimo de aliviar la deuda tras el récord de 21 billones del año 1996.

La preocupación por la difícil situación que tendrá que lidiar Japón ha dejado en la sombra la reforma laboral, que sólo ha sido nombrada como obstáculo para salir de la crisis.

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