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Albright se acerca a los 'halcones'

El senador Jesse Helms, coriáceo representante del aislacionismo y de las posturas más extremistas en el Congreso de EE UU, ha sucumbido a los encantos de Madeleine Albright, la nueva secretaria de Estado, y ha aceptado modificar su oposición al tratado de armas químicas y negociar con la Casa Blanca la ratificación del pacto internacional que prohíbe su producción, almacenamiento y uso. Para conseguir este y otros cambios en la persona que ocupa la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Albright ha peregrinado en dos ocasiones hasta Carolina del Norte, feudo del ultraconservador Jesse Helms, además de coincidir plenamente con él en el veto de EE UU al anterior secretario general de la ONU, Butros Gali, y en la línea dura contra el régimen de Fidel Castro.En la primera visita, hace un año, "no conseguí cambiarle ni un poquito", confesó la secretaria de Estado. Pero después de que Helms haya podido comprobar la mano de hierro de la secretaria de Estado para forzar el cambio en la ONU y para mantener alta la guardia con Cuba, "ahora diría que la química es muy buena; estamos desarrollando una amistad bastante sólida". Albright anunció que iba a regalar al senador una camiseta con la leyenda: "Alguien me quiere en el Departamento de Estado".

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