_
_
_
_
_
ASAMBLEA DEL IPI EN GRANADA

El presidente del IPI destaca la lucha de EL PAÍS por las libertades en el congreso mundial de prensa

José María Bergareche critica la doble financiación de las televisiones públicas

El presidente del Instituto Internacional de la Prensa (IPI), Peter Preston, inauguró ayer la 46ª asamblea general en Granada con un largo y encendido elogio a EL PAÍS en presencia de los reyes de España y del ministro de Trabajo, Javier Arenas. Preston, ex director del diario británico The Guardian, trasladó un explícito mensaje de apoyo a los responsables de EL PAÍS y afirmó que en democracia, una prensa libre no es una prensa dócil. En el mismo acto de apertura, el presidente de la sección española del IPI, José María Bergareche, criticó la doble financiación de las televisiones públicas.

Más información
El rey Juan Carlos elogia la contribución de los medios a la vertebración de España

Peter Preston, presidente del IPI, tras agradecer la hospitalidad de Granada, recordó vivencias personales del pasado. "Justo hace ahora 21 años", empezó a explicar Preston, "un grupo de jóvenes periodistas españoles vinieron a verme a Londres en donde yo trabajaba como director de The Guardian. Ellos estaban a punto de lanzar EL PAÍS como una nueva era de la libertad de prensa. Querían mi consejo para el periódico. Yo les dije que de acuerdo pero, cuando vi el primer ejemplar de EL PAÍS, yo le dije otra cosa a Juan Luis Cebrián [consejero delegado del Grupo PRISA]: 'no me pidas qué puedo enseñarte yo a ti; en algunos campos vosotros estáis abriendo camino, pregúntame lo que puedo aprender de ti".En medio de la expectación general entre los asistentes a la apertura del congreso en el auditorio Manuel de Falla, Preston continuó desglosando sus recuerdos de EL PAÍS y de la naciente democracia española: "Eran tiempos tumultuosos, algunas veces amenazantes. Recuerdo la amenaza del golpe de Estado que estuvo tan cerca del éxito. Me sentí orgulloso cuando, junto a otros directores europeos, formé parte de una visita a las nuevas rotativas de EL PAÍS y recuerdo que nos hicimos fotos delante de ellas: parecían decir explícitamente que los nuevos luchadores por las libertades de prensa en España no estaban solos".

Preston recordó que fue invitado a hablar en España en aquellos años y que entonces como ahora les quería hacer sentir que no estaban solos."Cuando hay cambios y competencia", añadió Preston, "habrá también polémicas, algunas veces apasionadas polémicas. No quiero profundizar más en esto. Pero quiero decir que una prensa libre en una democracia no es una prensa dócil o una prensa plana. Es una prensa radical en sus investigaciones, en sus argumentos, en sus rivalidades".

Finalmente, Peter Preston recordó que la batalla por la libertad de prensa nunca se gana, que es necesario trabajar continuamente, pero "no hay razón en este largo camino por la que nosotros no debamos parar para destacar los éxitos. España, en mi opinión, es un éxito. Y, Majestad, su papel en ese éxito, su determinación, me invita a mostrar mi admiración".

Por su parte, Bergareche (consejero -director general del Grupo Correo) pronunció un discurso comprometido con la realidad española. Pronto entró en materia. "No faltan problemas en el mundo de la comunicación en España", señaló. "Debido en algunos casos a un proceso de crecimiento y desarrollo, o a fenómenos sociales como el del terrorismo".

Problemas por resolver

"Junto a estas circunstancias concretas", prosiguió Preston, "España aún no ha resuelto algunos problemas que afectan a la competencia libre en la comunicación. Es el caso de las televisiones públicas con doble financiación, la de los presupuestos del Estado y la del mercado, con el consiguiente perjuicio para las empresas privadas de radio, prensa y televisión, que viven exclusivamente de este último"."El sector confía en que estos temas se irán solventando en base a criterios gubernamentales de mínima intervención normativa, una mayor integración y relación entre las empresas de la comunicación y un planteamiento social más inaduro". "Algunos de estos problemas", añadió Bergareche, "han creado fuertes tensiones en el delicado tejido de las relaciones informativas en nuestro país. Y no. quisiera desaprovechar esta ocasión para hacer, como presidente del IPI en España, un llamamiento a las partes implicadas, a todas ellas, para superar estas dificultades".

Bergareche concluyó con una relación de las agresiones sufridas por los periodistas: entre 1986 y 1995 murieron 456 periodistas mientras trabajaban.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_