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Moret, asegura que "en el mundillo literario todos son unos impostores"

El novelista catalán pública una parodia del negocio editorial

Miguel Ángel Villena

Ha sido cocinero antes que fraile. O mejor dicho, es ambas cosas. Periodista, novelista y traductor, Xavier Moret (Barcelona, 1952) conoce como pocos las entretelas de editoriales y escritores. De las bambalinas de estos ambientes ha nacido una divertida parodia, El impostor sentimental (Emecé), publicada ya en catalán y traducida ahora por el propio autor al castellano. "En el mundillo literario todos son impostores", confiesa Moret, quien añade: "He pretendido destacar que hoy pesa más la comercialización que la calidad de un libro".

"Hasta Flauber", comenta Moret con mucha ironía, pero con conocimiento de causa "tendría hoy problemas para publicar sin una buena campaña de promoción". En opinión del novelista, "todo está hoy muy orientado hacia la mercadotecnia hasta el punto de que en muchas edito riales adquieren más importan cia los directores económicos que los responsables literarios". Por supuesto que Moret salva a algunos buenos editores y, poco dado al masoquismo, agrega que prefirió escribir una parodia antes que rasgarse las vestiduras. Editores engolados, profesores extravagantes, escritores narcisistas, bibliófilos enloquecidos y espías de cartón-piedra desfilan por las páginas de El impostor sentimental, ambientada en un congreso literario en Inglaterra. Admirador de escritores británicos como David Lodge, Torri Sharpe o Evelyn Waugh, el escritor catalán recorre con varias miradas el mundillo literario con el telón de fondo de una novela de acción. En realidad de dos novelas: la de Moret y la de Victor Mas, el escritor en la ficción. Las interioridades de la concesión de un premio donde el ganador,implicado en un escándalo, ya se conoce con antelación sirven como uno de los ejemplos de que nadie es lo que parece. Como guinda, un camarero resulta ser, un auténtico experto en galardones literarios.

No deja títere con cabeza Moret, pese a que se reconoce un apasionado del periodismo y de la literatura, dos actividades que simultánea desde que en 1982 publicara L'americá que estimava Moby Dick, una novela muy bien acogida por el público en Cataluña. Tampoco se escapan los periodistas de sus críticas, si bien admite que "son impostores con un carne que les permite observar en primera fila". En cualquier caso, remacha sus opiniones al afirmar: "El mundillo editorial es uno de los más endogámicos que conozco. Siempre ves a los mismos alrededor, de las croquetas en las presentaciones o las fiestas". Tras señalar que la mayoría de escritores son muy narcisistas, Moret hace una distinción: "Los que escriben son fabulosos, pero los que van de escritor, por encima del bien y del mal, resultan detestables".

Contra la opinión de algunos amigos, Xavier Moret ha preferido traducir él mismo su novela del catalán y no ha sucumbido a la tentación de cambiar cosas. Al publicar su primera obra en castellano Moret se alegra de que cada día se traduzcan más autores en catalán, gallego o euskera. "De todos modos" agrega, "parece que exista una cuota y que el mercado español sólo esté dispuesto a aceptar a un autor por cada lengua minoritaria que serían Quim Monzó, Manuel Rivaáy Bernardo Atxaga".

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