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Tribuna:EL PROBLEMA HOSPITALARIO
Tribuna
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La inversión, en lista de espera

En las últimas semanas, las noticias respecto a la situación de los hospitales madrileños, con el bloqueo de las urgencias y la sobreocupación de sus instalaciones por pacientes a la espera de atención, han mostrado un panorama de nuestra realidad sanitaria más que preocupante. Hasta tal punto ha sido así que organizaciones como el Sindicato de Enfermería diversas organizaciones médicas han expresado su inquietud por la situación. Si ésta es preocupante en general, adquiere contornos de gravedad en lo que se refiere al hospital Severo Ochoa de Leganés, cuyo bloqueo pone en precario la atención hospitalaria a una población próxima al medio millón de usuarios de los municipios de Fuenlabrada, Humanes, Moraleja de Enmedio o el propio Leganés.Frente a ello, el Gobierno regional del PP mantiene un silencio que no puede sino inquietar a los ciudadanos. Aunque no es de extrañar. ¿Por qué? Por algo tan sencillo como que por dos años consecutivos, es decir, en los debates de los Presupuestos de 1996 y de 1997, se ha opuesto a dotar una partida para iniciar la construcción del nuevo hospital de Fuenlabrada, y ha callado cuando el Presupuesto del Insalud para 1997 en materia de inversiones hospitalarias en el territorio de la Comunidad de Madrid se ha reducido en la friolera de más de 3.000 millones de pesetas, aplazando para no se sabe cuándo la construcción, además del citado hospital, del que estaba previsto en Valdebernardo, situado, como el de Fuenlabrada, en el sur de Madrid.

Es evidente que una política conservadora, neoliberal, como la que inspira a los Gobiernos regional y nacional del Partido Popular, choca con la consolidación y ampliación de los servicios e infraestructuras del llamado "Estado de bienestar". Así lo hemos podido comprobar en los últimos meses. El PP madrileño no sólo se ha negado reiteradamente a asumir las enmiendas socialistas al Presupuesto de la Comunidad de Madrid, sino que, en el reciente debate en el Senado de los Presupuestos Generales del Estado, sus senadores por Madrid votaron en contra de las propuestas de modificación formuladas por el Grupo Socialista a las consignaciones presupuestarias del Insalud para nuestra región. Propuestas que, en concreto, suponían un incremento de casi 10.500 millones de las dotaciones de distintas partidas del citado organismo y del Ministerio de Sanidad y Consumo, y que habrían permitido iniciar, de manera urgente, la construcción de los centros hospitalarios de Fuenlabrada y Valdebernardo, además de dotar de manera adecuada el de Alcorcón.

El sur, una vez más y pese a la demagogia del Gobierno regional, está siendo víctima de la política de recorte del gasto del Ministerio de Sanidad y de la falta de firmeza de un Gobierno autonómico que se pliega sin rechistar a la política de Aznar.

Es obvio que el crecimiento poblacional del sur metropolitano exigía dar respuesta a las demandas que, en materia de infraestructura sanitaria, exigía ese crecimiento, con nuevos hospitales y con la mejora de los centros de salud. En esa dirección se orientaba la política de los Gobiernos socialistas, que posibilitaron la construcción de los hospitales de Alcorcón y Leganés y que preveían, para 1996, iniciar el de Fuenlabrada. Lamentablemente, ese proceso ha sido interrumpido por la política del Partido Popular, un partido que parece haber optado, más que por resolver problemas y mirar hacia el futuro, por basar su política en la oposición a la oposición embarrancando proyectos y compromisos. Invertir esa tendencia no es imposible. El Gobierno regional debe plantar cara al ministerio, y exigir la inversión sanitaria que Madrid necesita. Guardar silencio es ser cómplices de una situación que a nadie -y mucho menos a los ciudadanos del sur- beneficia. Es urgente ampliar la red hospitalaria del área metropolitana y acometer un plan de largo alcance que permita a la sanidad pública acabar con la saturación de sus hospitales, con las listas de espera, y con el deterioro que, en los últimos meses, se está evidenciando en la atención a los usuarios. Eso exige mas inversión y, desde luego, una actitud rigurosa y exigente del Gobierno de la Comunidad ante el de la nación. Los socialistas dudamos que el Partido Popular vaya a imprimir a su política un giro en esa dirección. Pero nos parece imprescindible. Tanto que no nos duelen prendas en ofrecer, si eso se produce, nuestro apoyo como grupo parlamentario en la Asamblea de Madrid para lograr de la Administración central una atención prioritaria a las necesidades sanitarias de nuestra Comunidad. Somos conscientes de que la apuesta de la derecha tiene una orientación distinta, y que, en su proyecto, la sanidad pública no es un objetivo preferente. Si se empeña en seguir en esa dirección, nos opondremos con firmeza. Con la misma firmeza con que exigimos que los señores Aznar y Ruiz-Gallardón adopten medidas de fondo para que el sur de Madrid tenga los hospitales que su elevado volumen de población exige, y se adopten decisiones inmediatas para que queden resueltos los problemas que hoy están sufriendo los ciudadanos que allí viven y que necesitan una atención sanitaria urgente y en condiciones adecuadas.

Jaime Lissavetzky es secretario general de la Federación Socialista Madrileña y portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid.

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