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Justicia da marcha atrás en su iniciativa de reformar el Código Penal

La ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, negó ayer que esté trabajando en este momento, en una reforma concreta del Código Penal", a diferencia de lo señalado el día anterior, cuando anunció una modificación del texto legal punitivo, a fin de evitar que queden impunes declaraciones premonitorias como la del diputado de HB Jaime Iribarren el 8 de enero último, horas antes de que ETA asesinara al teniente coronel Jesús Cuesta. Aunque el martes reveló que la Fiscalía del Estado le preparaba un texto para reformar el delito de apología del terrorismo, Mariscal de Gante dijo ayer a Efe que "estar retocando continuamente las leyes crea inseguridad", por lo que prefiere "darle tiempo" al Código Penal, para ver "qué puede dar de sí".Sin embargo, el fiscal general del Estado, Juan Ortiz úrculo, reconoció ayer que su departamento colaborará en los aspectos técnico-jurídicos de la reforma del delito de apología del terrorismo. La ministra de Justicia justificó en todo caso su iniciativa del martes en que son quienes aplican la ley, "jueces y fiscales", dijo, los que han señalado las lagunas del texto.

En cambio, el magistrado José Antonio Alonso, portavoz de Jueces para la Democracia, aseguró que la asociación judicial progresista y minoritaria se opone a "criminalizar la libertad de expresión". Alonso atribuyó al ETA el propósito de "desmontar el conjunto constitucional de derechos y libertades" y respecto a la iniciativa de Justicia "de endurecer la legislación penal que castiga la apología del terrorismo", manifestó: "Creemos que las previsiones del actual Código Penal son suficientes para afrontar cualquier problema relevante. ( ... ) Criminalizar la libertad de expresión supondría encarcelar la democracia", lo cual "agravaría" el problema.

Desde el PP se insiste en la necesidad de la reforma. Alfredo Prada, portavoz del PP en la Comisión de Justicia del Senado, calificó ayer el texto legal de "deficiente". Recordó que el PP pretendió definir la apología del terrorismo de modo que se condenara la difusión de ideas o doctrinas que ensalcen el crimen o enaltezcan a su autor, "pero la intransigencia de Belloch impidió que estas propuestas prosperaran", dijo.

Respecto a la inutilidad, según Belloch, de la vuelta a un delito de apología duro, Mariscal manifestó su desacuerdo con que no han existido condenas. "Creo que Belloch se ha equivocado", afirmó.

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