_
_
_
_

La policía belga topa con una secta satánica en la pista del 'caso Dutroux'

Más de 100 policías rodearon el sábado por la noche un inmueble en Forchies-la-Marche, un pueblecito de las afueras de Charleroi (Bélgica). Su prudente despliegue permitió a 30 gendarmes y policías judiciales, especialistas de la célu la de identificación de cadáveres y perros adiestrados irrumpir en la sede de Abrassax, una secta satánica perfectamente legalizada. Tratándose de Bélgica, la operación sólo podía tener un objetivo: seguir las trazas de Marc Dutroux hasta las puertas del infierno.

Desde hace meses los jueces sospechan que esta secta satánica puede estar relacionada con las desapariciones de niños. Pero, los jueces prefirieron esperar hasta la noche del 21 de diciembre, el solsticio de invierno, la noche más larga y más satánica del año, para intentar confirmar sus hipótesis. Irrumpieron en los locales de la secta para interrumpir una misa negra en la que, sospechaban, los seguidores de Lucifer iban a ofrecer el sacrificio de un niño, símbolo de la pureza.Los investigadores no encontraron ningún niño en el altar. Los perros adiestrados no hayaron indicios de cadáveres. Pero los agentes llenaron 15 contenedores con objetos satánicos de todo tipo: cráneos humanos, puñales,ropa y sangre. Los policías se llevaron un pequeño frigorífico en el que, al parecer, los adeptos guardaban la sangre que debía coronar el rito de la gran misa negra del año.Las sospechas judiciales se centraron en esta secta tras encontrar una misteriosa nota sin fecha en la casa de Bernard Weinstein, el cómplice que Dutroux (acusado del secuestro y asesinato dé varias niñas y adolescentes) narcotizó y enterró vivo porque sospechaba que le hacía el doble juego.

Nota misteriosa

"La gran fiesta se acerca y esperamos un regalo para la gran sacerdotisa", reza el misterioso texto, firmado por Anubis, el gran maestro de Abrassax. La gran sacerdotisa es Dominique Kindermans, más conocida como Nahema Neftis. El regalo, sospechan los jueces, podrían ser niños, luego sacrifica dos por los satanistas.Pese a tan atroces sospechas, el juez no ordenó el sábado ninguna detención después, de ocho horas de registro. Los miembros de la secta claman su inocencia. Afirman que no tienen nada que ver con Marc Dutroux ni con Bernard Weinstein. "Igual que hay gente aficionada al fútbol, la hay que gusta de los ritos satánicos", explica el gran maestro Anubis. No le falta algo de razón: Abrassax es una organización legal, rama belga de la organización satánica Wicca Internacional y acogida a la misma legislación que las sociedades sin ánimo de lucro que buscan niños desaparecidos.

Al tiempo que rastrea templos satánicos, la policía desmenuza también unas antiguas minas en Jumet, la barriada, de Charleroi donde fueron hayados los restos de dos adolescentes raptadas por Marc Dutroux. Después de 11 días de búsqueda y varios desengaños, la policía ha centrado sus esfuerzos en un pozo que podría ser la puerta del pasadizo del horror. Los jueces están convencidos de que ese terreno, fue utilizado por Dufroux para esconder a sus víctimas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_