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Crítica:CINE : 'SOBREVIVIR A PICASSO'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Las mujeres del pintor

A lo largo de 33 años, el terceto integrado por el realizador norteamericano James Ivory, el productor indio Ismail Merchant y la novelista alemana Ruth Prawer Jhabvala ha realizado 25 películas dentro de una de las más largas y fructíferas colaboraciones de la historia del cine. Tras una primera parte de su trabajo dedicada a hacer películas en la India, por la gran fascinación que ejerce sobre los tres, en la segunda hacen concienzudas adaptaciones de grandes novelas escritas en inglés, pero, a pesar de la frialdad de sus minuciosas producciones, consiguen llegar a ser conocidos en todo el mundo.En contra de lo que es habitual en su forma de trabajo, en esta ocasión el punto de partida no es una famosa novela, sino la biografía de Arianna Stanissopoulos, Picasso: creador y destructor (1989). Ruth Prawer Jhabvala la utiliza para escribir un hábil guión centrado en las peculiares relaciones del pintor malagueño con las múltiples mujeres que llenan su larga y sensual vida y centrarse en la única que fue capaz de abandonarle.

Sobevivir a Picasso

Dirección: James Ivory. Guión: Ruth Prawer Jhabvala. Fotografía: Tony Pierce-Roberts. Música: Richard Robbins. EE UU, 1996. Intérpretes: Anthony Hopkins, Natascha McElhone, Julianne Moore, Joss Ackland, Peter Eyre, Jane Lapotaíre, Joseph Maher, Bob Peck, Diane Venora y Joan Plowright. Estreno en Madrid: Palafox, Tívoli y Acteón, Ideal y (V. 0. S.) Conde Duque.

En 1943, al comienzo de la ocupación alemana de Francia, durante la II Guerra Mundial, empieza la relación entre un famoso Picasso de 62 años y la desconocida joven aspirante a pintora Françose Gilot, de 23 años. Durante la década que dura su vida en común, él mantiene relaciones con antiguas y nuevas amantes, ex esposas e hijos, pero llega un momento, en que tras ser madre de Paloma y Claude Picasso, ella no puede más con sus extravagancias, su tacañería y su tiranía, y se convierte en la única de sus múltiples mujeres que le abandona.

A través del personaje de Françoise Gilot, que está bien encarnado por la debutante Natascha MacElhone, su voz de fondo y algunas vueltas hacia atrás, se da una terrible, dura y fría visión de Picasso. Un ser calculador y egoísta, que no se comprende cómo tiene capacidad para seducir a las mujeres, al estar desposeído de sus indudables atractivos. A este retrato demasiado simplista colabora el vivo sir Anthony Hopkins, que supedita su trabajo interpretativo a resultar lo más parecido posible físicamente a su personaje, pero alejándose de cualquier posible atractivo personal, salvo de su condición de genio.

El principal problema de las películas del terceto, Ivory-Merchant-Jhabvala, es la gran frialdad que destilan. Por lo que resultan perfectas cuando se limitan a adaptar al novelista británico E. M. Forster en Una habitación con vistas (1985), Maurice (1987) y Regreso a Howards End (1992). Sin embargo, cuando deben narrar, como en esta ocasión, una historia apoyada en la pasión, el amor, los celos, el resultado queda muy lejos de la vida. Hay una buena producción, una muy cuidada ambientación, una perfecta dirección, pero el resultado es una especie de gran bloque de hielo que nada tiene que ver ni con la verdad de los personajes ni con la intensidad del desarrollo dramático de la historia que les une.

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