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El "sí" de Christopher desequilibró la balanza

Xavier Vidal-Folch

Cuando, apurando el café tras el almuerzo de su última reunión ministerial en la Alianza, el secretario de Estado norteamericaino, Warren Christopher, espeta: "El tobogán está puesto. No seré el último en bajarlo", decanta el fiel de la balanza. Los Dieciséis tardarán segundos en consensuar Madrid como sede de la cumbre.

La propuesta se ha cocido discretamente en las últimas semanas. El embajador español ante la OTAN, Javier Conde, inicia el envite a final de noviembre poniendo entre corchetes el nombre propuesto de la sede, Bruselas, en el primer borrador de conclusiones de ayer. Luego sondea a sus colegas, uno a uno, sobre una posible candidatura de Madrid. Hace una semana, Reuter levanta la liebre. El presidente del Gobierno, José María Aznar, difumina el asunto en Bruselas el día 5: aún no está maduro y hay que permitir a la diplomacia española actuar en la penumbra. "España está en disposición de organizarla, pero no hay una propuesta formal", declara a TVE.

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En la noche del lunes, Conde recuenta la cosecha: nueve países a favor; varios -entre ellos EE UU y Alemania- dudan de la conveniencia de fijar ya la sede; alguno presenta fuertes reticencias a la candidatura española. Es Italia. Quiere devolver la indiscreción de Aznar revelando la conversación con el presidente Romano Prodi acerca de la moneda única, dicen fuentes diplomáticas.

Ayer, el ministro Abel Matutes pide a Christopher su apoyo. "¿Cree que es el día adecuado para fijar la sede, quiere usted ganar por goleada", le responde el norteamericano. El francés Hervé de Charette y el secretario de Estado portugués, José Lamego, le empujan. "Plantéalo ya; si no, se te escapa o sólo tendrás un mes [desde la ministerial del 29 de mayo, en Sintra] para organizar la cumbre", le dicen. Al acabar el almuerzo, Matutes pide la palabra: "No es una propuesta formal, pero varios colegas me han animado a que presente la candidatura de Madrid para acoger la cumbre, a lo que España está dispuesta, pero a efectos logísticos conviene decidir hoy si será en Madrid".

Le dan apoyo cerrado Charette y Lamego. Les secundan el griego Theodoros Pangalos, la turca Tansu Çiller, el luxemburgués Jacques Poos. Silencio. Lo rompen el británico Malcom Rifkind y el danés Niels Helveg, a favor. Empieza a decantarse el fiel. "El tobogán está puesto. No seré el último en bajarlo", sanciona Christopher. "En ese momento todos interpretan que hay luz verde", dirá despues Matutes. Lamego insiste: "Hay que decidir hoy". Nueva pausa. La zanja el secretario general Javier Solana: "¿Hay discrepancias? Si no, tenemos consenso; asunto decidido", remata.

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